Hay crisis en el PP, o al menos eso es lo que parece ser en vista del cruce continuo y confuso de declaraciones entre los supuestos “rebeldes” del partido o las informaciones que continuamente transmiten los medios.
Resulta que ahora el partido pues está experimentando una transformación interna, lo que el antiguo ministro y luego candidato en Cataluña Josep Piqué recomendó hacer tras la derrota electoral de 2004 insinuando que el partido debía emprender un giro al centro y llevar a cabo una profunda remodelación. Pues bien, esa remodelación parece ser que se ha producido, o está en fase de hacerlo, y es que ahora ya no se ven rostros duros como Acebes, Zaplana, Aguirre, y un largo etc. que trata de ser sustituido por otros más benévolos, menos desgastados y con la eufemística etiqueta que hoy día nadie sabe muy bien qué es lo que significa de demócratas liberales. Es decir de “centro”.
Los resultados electorales le han demostrado al PP que desde la derecha dura no es posible, al menos con un PSOE que no se muestra tan intransigente como el de Felipe González, ganar las elecciones. Y en esas están. Pero a Rajoy, el encargado de llevar a cabo esta limpia, le han crecido los enanos. Y esto es lo que a mí más me sorprende de todo.
Por supuesto, era de prever que la cúpula de un partido netamente de derechas que recicló o, mejor, asimiló todo el abanico derechista del franquismo —el cual comprende una muy amplia extrema derecha— se dejaría llevar hacia el “centro”, es decir, hacia el moderantismo. Resulta que esa extrema derecha, representada en toda la gente que fue el otro día a la sede central de la calle Génova —y por supuesto muchos más que no acudieron—, en María San Gil, en Acebes, Zaplana, Esperanza Aguirre, el ex presidente Aznar y muchos más como se está ahora viendo, es reticente al cambio.
Esto, que es una obviedad, no es lo que me ha llevado a escribir sobre el tema. Resulta que, para empezar, se quiere volver a recuperar lo que se viene a denominar el “centro” político y por el que tantas veces han disputado tanto el PP como el PSOE y que, en realidad, nadie sabe muy bien lo que es pero que se acepta por evocar muy apropiadamente en forma de eufemismo político el equilibrio. El centro es, pues, algo deseable ad hoc tanto para el Partido Socialista como para el Partido Popular, pero lo que sorprende es que al líder de la agrupación, que es Mariano Rajoy —designado a dedo por Aznar, pero a fin de cuentas aceptado por todo el partido— le pueda poner en apuros un cese como el de María San Gil, que es la líder del partido en Euskadi, que por lo demás es voluntario y no obedece a ningún criterio fuera de que a ella misma no le guste el rumbo al centro que pretende liderar Rajoy.
Y en estas le han crecido los enanos a don Mariano. Era de prever, e imagino que él ya contara con ello, que el ala más derechista del partido no fuese a aceptar de buen grado este giro al moderantismo que parece querer llevar a cabo, máxime en un momento en el que la intransigencia es la bandera que todo el mundo reconoce en el Partido Popular. En esta lucha fratricida por mantener el integrismo dentro del partido se han sumado la COPE, Libertad Digital y varios de los rostros y las voces más representativas de estos “plurales espacios” como Federico Jiménez Losantos.
Lo que a mí más me sorprende, lo que me deja anonadado, es la naturalidad y descontextualización con que los medios tratan el tema. Se oye a diario que “hay crisis en el Partido Popular”, pero los análisis sobre ella dejan fuera cuestiones tan de fondo como la legalidad de la misma. A Rajoy lo han puesto “a dedo”, eso es claro, pero esto nunca planteó un problema a nadie en el seno del PP, por muy trágica que para la democracia aquella designación tan vertical hubiera sido. Es más, la naturaleza antidemocrática del Partido Popular se deja sentir a cada movimiento que realiza cada uno de sus miembros, militantes o seguidores más integristas. María San Gil, unilateralmente y a título personal, abandona su cargo y fuerza que el congreso del PP en Euskadi se adelante a julio y, progresivamente y a pasos agigantados, van saliendo nuevas voces que se suman a la de San Gil —la cara visible de momento de la rebelión— que piden un cambio en la dirección y que Rajoy abandone el cargo y no presida el congreso previsto para el 20 de junio pero resulta que nadie plantea una candidatura alternativa a la del propio don Mariano. ¿Dónde queda aquí la democracia interna de cualquier partido político? Igual resulta que no todos los partidos gozan de ella, como es el caso, puesto que la legitimidad que tiene San Gil o cualquiera de las voces adversas a Rajoy es absolutamente nula y de ahí que éste se lance a desafiar a cualquiera a presentarse como candidatura alternativa al congreso de junio. Parece ser que por el momento a ninguna adversa voz le salen las cuentas como para dar el paso.
Ahora bien, ¿cómo un partido que ni tan siquiera es mínimamente democrático en su funcionamiento y dinámica interna, puede siquiera pretender asumir un discurso demócrata o, sin más, serlo de manera efectiva en la práctica?
Yo, sin más, creo que no puede serlo y a la vista están las diferencias, que son en realidad absolutas disputas, entre los que son demócratas dentro del PP y los que, venidos de la derecha franquista, tienen dificultades muy serias para siquiera aparentar serlo.
3 comentarios:
Y esperate, que como Rajoy siga adelante y se alíe con Ruiz Gallardón, las próximas elecciones se las lleva de calle, te lo digo yo... :((((((
Un beso
bueno yo creo q Gallardón querrá ir pero no como candidato sino en calidad de ministro o vicepresidente. pero no se que decirte, para q el PSOE pierda unas elecciones en la actualidad tiene q liarse muy gorda, o bien por parte del soe o bien por la crisis economica q se avecina... ver veremos, yo de momento dudo q pueda Gallardón ir a ninguna parte con un ala dura tan grande q no quiere saber nada de él.
Será interesante ver q pasará.
un beso.
Claro! por eso yo cada vez que veo más claro que ante la que le está montando el ala dura extremo-opusiana del pp, Marianito Rajoy, con la bendición del Señor Fraga, se está acercando más y más a Gallardón. Y también estoy segura que en legislatura, al Psoe le van a venir mal dadas, pq se le están juntando muchos factores adversos externos que no van a saber capear...precisamente por lo que has dicho, por la crisis económica...
Espero que tengas razón y razón no pueda ir a ninguna parte, pq en caso contrario, te digo,miedo me da lo que pueda pasar en las próximas elecciones!!!!!
Ver veremos!! jejeje.Besotes
Publicar un comentario