martes, 17 de noviembre de 2009

"Campaña pro Estado palestino en la ONU"

Los palestinos han iniciado una campaña para que la ONU reconozca como miembro de pleno derecho el Estado de Palestina, dada la parálisis del proceso de paz con Israel. Saeb Erekat, jefe negociador de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), desveló que hoy mismo ha solicitado a los representantes diplomáticos de la Unión Europea (UE) que apoyen esta iniciativa.

"Israel está socavando la solución de dos Estados (uno israelí y otro palestino) con su política de expansión de asentamientos, cerco a Gaza, demoliciones, confiscaciones. Vamos a la ONU para preservar esta solución", dijo Erekat en una rueda de prensa en la ciudad cisjordana de Ramala.

La próxima semana el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, comenzará una gira por América Latina en la que tratará de recabar más aliados para esta campaña, agregó. "También trataremos de obtener el apoyo de los Estados Unidos, pese a que no impidieron que Israel continúe con la expansión de las colonias en territorio palestino", precisó Erekat.

Reconocimiento mundial

Erekat quiso dejar claro que la OLP aspira a "obtener el reconoimiento internacional a un Estado palestino", no a "declarar unilatralmente la independencia", pues existe una "diferencia" entre ambos conceptos. Fuentes de la OLP apuntaron a Efe bajo condición de anonimato que la representación palestina en Naciones Unidas ya ha empezado a trabajar en torno a la iniciativa, adelantada la pasada semana y recibida con enfado en Israel.

Hoy, el ministro de Asuntos Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, restó importancia a las intenciones palestinas al considerar que tienen pocos visos de prosperar dado el previsible veto de Washington en el Consejo de Seguridad a una iniciativa en este sentido. "No obstante, si se aprobase, Israel se sentiría liberado de las obligaciones que emanan de los acuerdos que ha firmado", matizó.

Israel se niega

En la misma línea se expresó ayer el jefe de Gobierno, Benjamín Netanyahu, quien subrayó que cualquier decisión unilateral palestina "deshilvanará los acuerdos" que han firmado las partes y "conducirá únicamente a que Israel también tome decisiones unilaterales".

En el seno del Ejecutivo, dos ministros derechistas, Uzi Landau (Infraestructuras) e Israel Katz (Transportes), han pedido que Israel se anexione más del 60 por ciento de Cisjordania (la "zona C", en los Acuerdos de Oslo), si la ANP declara unilateralmente un Estado palestino. La posibilidad de una anexión de parte de Cisjordania también ha suscitado reacciones contrarías en el seno del Gobierno israelí.

El titular de Industria y Comercio, el laborista Benjamín Ben Eliezer, advirtió esta mañana de que su partido abandonará la coalición gubernamental si Israel se anexiona partes de Cisjordania.

Fuente: Público

sábado, 14 de noviembre de 2009

L'Escaezu se estrena hoy noche en la TPA


L'ESCAEZU. RECUERDOS DEL 37

El 23 de septiembre de 1937, en plena guerra civil española, más de 1.000 niños salieron del puerto gijonés de El Musel, fundamentalmente hacia la Unión Soviética. Huyendo de un conflicto recrudecido sin final aparente.

Fueron llamados “Niños de la Guerra”. Crecieron en el país comunista sin olvidar sus raíces, su identidad. A partir de 1956 comenzó el regreso para muchos; otros no regresarían jamás. Las historias personales reviven en sus propias palabras.


Setenta años después, el grupo Mus viaja a Moscú para actuar para aquellos "niños" que todavía viven hoy en Rusia. A partir de este concierto nace esta película colectiva que habla de nostalgia, pérdida, recuerdos, supervivencia y olvido.


Una película de Juan Luis Ruiz y Lucía Herrera


SÁBADO EN TPA

A LAS 23:15

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Negociar el exterminio

Acuerdo militar entre España e Israel. El clientelismo del PSOE, inmerso en la estructura partitocrática, ha roto con las promesas que hiciera Zapatero en su primer discurso de investidura denunciando la necesidad de lograr un acuerdo para la creación de un Estado Palestino. Quizás por el mero interés económico o, como gusta decir a muchos, por "intereses de Estado", las promesas no se han cumplido. En este caso quizás es ahora cuando vemos las motivaciones, aunque parecen más obedecer a acuerdos políticos que de carácter meramente económico como es el caso de la que fue su otra gran reivindicación en este sentido: el Estado saharaui.

Pero hay un problema añadido en todo esto más allá de falsas promesas y por no hablar del drama humano que todo ello supone, y es que a la presidencia accedió, inicialmente al menos, con un discurso pacifista. Esto, que no se le escapa a nadie, es en efecto y ya de hecho, una más de las hipocresías a las que nos tienen acostumbrados los socialistas españoles. No hay en esta ocasión un motivo por el cual acusar a los medios de comunicación de dar cobertura mediática a las atrocidades israelíes mediante un recurso tan habitual como utilitario de la no mención de los hechos (lo cual equivale en la "sociedad de la información" a ocultarlo). No obstante, nunca está demás detenerse a mencionarlo.

Con un mínimo de información, la gente no tardaría nada en absoluto en adquirir conciencia de la situación que vive el pueblo palestino. La imagen quizás sea considerada excesivamente fuerte, pero este es el día a día de un país ocupado militarmente, no reconocido internacionalmente y obviado por los medios.

En una clase durante este curso ya pasado, un profesor de mi Universidad experto en nazismo nos preguntaba acerca del fenómeno del exterminio nazi con un interrogante: ¿Habría sido para tanto si el holocausto hubiera sido en, por ejemplo, África? Personalmente a mi cabeza vino primero una respuesta que luego fue sustituida por otra absolutamente diferente. El que se recuerden o "cuenten" más los muertos de Normandía que los del frente ruso invita a la misma reflexión, pero el que en un diario como Público (a raíz de un artículo sobre la persecución a los gitanos por un grupo radical de extrema derecha que ha adquirido la estética fascista de los años treinta) llegase a decir que primero fueron los judíos y ahora son los gitanos, dice muy poco primero del articulista y luego del conocimiento general, pues ha tenido efectivamente poca relevancia un exterminio que caminó paralelo con el holocausto y que resultó más numeroso (se estiman en más de 5 millones los gitanos muertos a falta de un conocimiento exacto de su censo poblacional), llegando a desaparecer literalmente de algunas zonas del este de Europa. Por supuesto, el que no se atienda a los 27 millones de rusos muertos (subhombres eslavos según la terminología nazi) o a los tantos millones de gitanos refuerza, claro, el mito del sufrimiento judío. Ello da cobertura mediática a las políticas del exterminio israelíes de las cuales no se hacen poco eco algunos políticos españoles como Carod Rovira (ya mencionado aquí) o quienes, como Zapatero, pasan pies juntillas por negociar parte del magnicidio.

La traslación por derecho propio del refinamiento mediático y tecnológico del exterminio llevado a cabo por los alemanes al sionismo israelí de la actualidad. Un ejemplo increíblemente elocuente de la barbarie del siglo XX en pleno XXI.

viernes, 6 de noviembre de 2009

La cara no difundida de Luis Buñuel

Supongo que habría sido todo un drama que fuese vox populi que el mejor director español de todos los tiempos, Luis Buñuel, fue comunista. Pues yo tampoco lo sabía, así que sorpresa cuando ayer abrí la página del Público y me enteré de la noticia. Un tipo mucho más digno que su amigo de juventud, Salvador Dalí, del que cada vez que leo algo directa o indirectamente relacionado con su vida no artística, le cojo más animadversión de la que ya le tenía. Aquí la dejo.

Comunista antes que surrealista

Los años rojos de Luis Buñuel bucea en la etapa menos estudiada del cineasta

El 6 de mayo de 1932, Luis Buñuel escribió una carta a André Breton, su jefe en el grupo de los surrealistas, para informarle de manera oficial de que abandonaba su militancia en esta corriente artística y revolucionaria. La razón: otra militancia, la del Partido Comunista, al cual el cineasta se había adherido recientemente y que, en aquellos momentos, encontraba incompatible con los ideales surrealistas. "En el estado actual de las cosas no tendría sentido para un comunista dudar un instante entre su partido y cualquier otra actividad y disciplina”, escribe a Breton.

Esta carta, descubierta en la Biblioteca Nacional de Francia en París en el año 2000, fue el punto de partida de Román Gubern y Paul Hammond para "tirar del hilo", según palabras de Gubern, y "reconstruir la vida de Buñuel desde 1930 hasta 1938, tanto en el cine como fuera de él, así como en el mundo de la política". El resultado es un tomo de 400 páginas titulado Los años rojos de Luis Buñuel (Cátedra).

Años rojos por su contenido político, aunque durante un momento, sus autores se plantearon titularlo los años oscuros, ya que se trata de su época menos conocida y estudiada. "Son los años más grises como cineasta. Mientras sus amigos tenían éxito, como Lorca, que triunfaba en el teatro, y Dalí, que estaba ganando mucho dinero en EEUU, él es el que queda agazapado en la sombra, en trabajos menores, anónimos", dice Gubern.

Buñuel debió de ingresar en el PCE (y no el PCF, aunque, debido a sus largas estancias en Francia, se valió cierta "ambigüedad" para "eludir encargos incómodos") en algún momento entre el 26 de octubre de 1931 y el 25 de enero de 1932, "durante su prolongada estancia en Madrid, Zaragoza y Toledo, y cuando muchos amigos o compañeros intelectuales de su generación estaban dando el mismo paso", como Alberti, Eduardo Ugarte o Pedro Garfias.

Denuncia de la República

"El único destello" en la obra de Buñuel estos años fue Las Hurdes, tierra sin pan (1933), una cinta que precisamente nació como crítica a la República. "Hay que tener en cuenta que el PCE, cuando se proclama la Segunda República, se declara contraria a la República burguesa y a favor de una República bolchevique. Esa postura antirrepublicana del PCE, que Buñuel también comparte (y que se mantiene hasta el año 35), hace que Las Hurdes sea una denuncia de la incuria del gobierno republicano, que había mantenido esta miseria atávica sin remediarla, etc, etc", subraya Gubern.

El 1938, tras dos años trabajando en la embajada española en París, Buñuel se ve empujado al exilio en EEUU. "Y nunca admitió haber sido militante comunista: habría sido suicida", reconoce Gubern. Aún así, tras la campaña de una revista que dependía del obispado, la Motion Picture Herald, dimitió de su puesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

"Fue la primera víctima del McCarthismo, antes de que éste naciese oficialmente en 1947: él tuvo que dimitir por presiones políticas de la derecha católica americana", concluye Gubern. Poco después, ignorado en Hollywood, en 1946, Buñuel se va a México, donde volvería a rodar.