Aunque quizás también puedan tener que ver el etnocentrismo o el racismo. O quizás sea todo un poco.
jueves, 31 de diciembre de 2009
Damnatio memoriae, capitalismo y la RDA
Aunque quizás también puedan tener que ver el etnocentrismo o el racismo. O quizás sea todo un poco.
domingo, 27 de diciembre de 2009
"No hubo un gran retroceso desde donde estábamos"
sábado, 19 de diciembre de 2009
"Si el clima fuese un banco, ya lo habrían salvado"
Cualquiera que quiera entender un poco, seguro no le costará hacerlo.
Resulta que el llamado Protocolo de Kyoto, derogado desde su surgimiento por parte fundamentalmente de los EEUU, es ahora obstaculizado por acción exclusiva de estos díscolos que no quieren colaborar con una causa común que por fin nuestros líderes mundiales (a la sazón los jerarcas de Washington) han entendido que debe llevarse a cabo. Por cierto que éstos son los únicos que han exigido que el acuerdo incluya el tan dichoso como derogado Protocolo. Como el Nobel de
Todo el mundo debiera condenar lo que de hecho ya han realizado las organizaciones ecologistas, que esto es una tomadura de pelo. Pero da rabia, al igual que las congratulaciones por la caída del Muro de Berlín bajo el discurso del feliz reencuentro del pueblo alemán, en lo que más bien son los vítores del triunfante capitalismo en lo que Benjamin enunciaba como la secularización del futuro. En efecto, el capitalismo logra convertir todo en una auténtica pantomima ridiculizando con sus particulares formas de propaganda (marketing) lo que lleva eludiendo desde siempre. Y es que la lucha de los pintados desde que tengo uso de razón como “locos” para aludir a los ecologistas (también asociados a términos como hippies o vagos), es de hecho una lucha directa por el clima e indirecta contra el crecimiento del capitalismo, por cuya naturaleza tiende al expansionismo. Ahora parece que, de pronto así como que no quiere la cosa, han caído en la cuenta de que hay que tomar medidas. Curioso es que nos vendan que a ellas han llegado cuando no hay ni texto de compromiso. Obviamente, no se quiere llegar a ningún acuerdo, pero no dudo que los reunidos en Copenhague no quieran proteger el planeta, seguro que muchos aman sinceramente la naturaleza; lo que pongo más que en duda es que puedan.
Pero lo de poder no lo digo en el sentido de que las fuerzas corporativas que operan en las sombras del sistema vaya a impedirlo. No. Lo que digo es que un grupo de capitalistas reunidos (que son la práctica totalidad de los allí reunidos, e incluyo por supuesto a China) “puedan” tomar alguna medida siquiera significativa, porque es sin más imposible.
Con el impacto inicial de la crisis se habló de “refundar” el capitalismo. Entre otros, esto fue propuesto por Nicolás Sarkozy, quien abogó por un capitalismo “a la francesa”. Así, lo de “refundar” pasó entonces y ya desde antes de su inicio a ser un concepto vacío. ¿Y qué medidas se han tomado para que una crisis como esta no vuelva a ocurrir? Por supuesto ninguna, pese a que ya desde el siglo XIX se consideraba que las crisis son inherentes al sistema capitalista, pero algo habría que decir, al menos en aquello momentos de incertidumbre inicial, para que no pareciera que aquellos que dirigen la economía y política mundiales son en efecto unos irresponsables, sobre todo cuando habían salvado con dinero público a bancos, industrias varias y aseguradoras. Además de pésima justificación ideológica, ésta lo fue también en negativo, pues desde el inicio se supo que no iba a beneficiar a aquellos que con sus impuestos habían salvado a quienes en más de un caso iban a embargarles (una ironía genuinamente macabra). Lo que es más, se arguyó que era una medida necesaria para sostener el mismo sistema que nos había arruinado. Todo esto, que justificaría no ya una huelga general, sino una revolución mundial, apenas sí logró levantar las protestas de una población que ya ha sido inculcada en el credo de que la economía es un fin en sí mismo y no una herramienta para mejorar la vida de las personas.
Por supuesto, otros eufemismos justificatorios fueron empleados, pero se me ocurre que las palabras de nuestra ministra de medio ambiente, Elena Espinosa, tras la cumbre son un calco del mismo argumento: “el documento no es del todo ambicioso a lo que
Lejos de tildar de “oposición” a las únicas voces que, junto con los grupos ecologistas han denunciado tan magno engaño, y de tratar como tarados a dos jefes de Estado como Hugo Chávez y Evo Morales haciendo que todo lo que digan pase por el prejuicioso filtro de su supuesta demencia, podría tenerse en cuenta una postura crítica (que huelga decir, es el medio mejor para progresar) que ha puesto la única nota lúcida de la cumbre: “el culpable del cambio climático es el sistema capitalista” (Morales) y que “si el clima fuese un banco, ya lo habrían salvado” (Chávez) (aquí). Todo lo contrario. Pueden leerse en Público bajo el encabezamiento “Críticas interesadas” una especulación acusatoria del porqué del “no” de Bolivia y Venezuela, pero pocas parecen darse para la actitud de los países más ricos. De todos modos esto puede entenderse mejor leyendo un poco más arriba, donde se recogen las declaraciones de Michael Zammit Cutajar, economista maltés y presidente del grupo de negociaciones de
Qué curioso que desde tan altas esferas trate de desligarse la lucha por el clima de la esfera de lo ideológico (vicio del que no tienen poca culpa las organizaciones ecologistas). Parece curioso porque tenía entendido que el capitalismo era una ideología, ¿o será que sacando la parte doctrinal puede éste reconciliarse en armonía con la naturaleza?
Sea como fuere, una cosa parece evidente a tenor del momento que vive el capitalismo y que es algo casi normativo (hay ejemplos en sentido opuesto): los imperios, cuando están en crisis, reprimen, y reprimen duramente.
Destruyen en Georgia el monumento a los caídos en la II GM
La noticia es lamentable e indignante y aún no la he podido localizar en prensa digital. Los dos muertos no me creo que le importen mucho a nadie de aquí y no es desde luego la motivación de la difusión de tal información.
Que no se condene tales muestras de nacionalismo rancio, pro-occidental, antiruso, anticomunista y desde luego clientelar para con el actual imperio que hoy les acoge, lo puedo llegar a comprender. Perfectamente además, sin demasiados problemas. Ahora bien, que no se cuestionen tales actos es en el mejor de los casos oportunista e interesado y supone ser una malversación de la memoria que se le debe al pueblo ruso y a la historia de la URSS, de la Segunda Guerra Mundial y del antifascismo. Lo que suponía este y otros monumentos a los caídos en la Gran Guerra Patria (según los rusos se refieren a la II GM) es la independencia y derrota del fascismo, y honra a los muertos en la lucha por la liberación de ese suelo, que entonces era parte de la URSS y como tal debe contextualizarse y entenderse.
El que en Estonia antes y en Georgia ahora se hayan procedido a remover o destruir estos lugares de memoria no es en realidad de extrañar, pero debiera hacerse mentar la gravedad de tales medidas. Y no es de extrañar porque los gobiernos de estos nuevos aliados de occidente están, con su nacionalismo reaccionario tan furibundamente anticomunista, más cerca del fascismo que de una concepción democrática de la política. Sirva de ejemplo el caso ucraniano, que ha querido homenajear a los "ucranianos caídos" en la guerra, sin importar si fueron fascistas, colaboracionistas, partisanos o del ejército regular. Otro ejemplo, aquí, en este caso se trata de Polonia. Es para tomarlo con tiento.
viernes, 18 de diciembre de 2009
Aminetu Haidar regresa finalmente al Sahara
El caso Haidar tuvo un final feliz. La activista saharaui regresó a su tierra en un avión fletado por el Gobierno español con destino El Aaiún (Sáhara Occidental). Con el viaje terminaba un conflicto que comenzó el pasado 14 de noviembre, cuando Marruecos impidió la entrada a Aminatou Haidar en la capital saharaui. El 16 de noviembre, la activista se ponía en huelga de hambre en su exilio en el aeropuerto de Lanzarote.
El ayuno voluntario duró 32 días y la activista aseguró que no lo dejaría hasta pisar tierra saharaui. Haidar compareció la noche del jueves ante los medios de comunicación en la puerta principal del hospital José Molina de Lanzarote, donde la activista había ingresado la madrugada anterior ante el agravamiento de su estado de salud.
La saharaui, en silla de ruedas, afirmó que su salida era "un triunfo y una victoria para la causa saharaui", y agradeció todos los apoyos que ha recibido durante su acción de protesta. A la pregunta de con qué condiciones había aceptado viajar al Sáhara Occidental, señaló que en esos momentos no era realmente consciente. No obstante, recalcó: "Si me ocurre lo que ocurrió la otra vez, no voy a bajar del avión, y voy a acabar con agua y azúcar".
Era el prólogo al desenlace ansiado por todos de una crisis que vivió en las últimas 24 horas intensas negociaciones a tres bandas, en las que la diplomacia española conseguía un acuerdo con Marruecos para el regreso de la activista tras la mediación de Francia. París fue clave, según fuentes parlamentarias y del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, para vencer las últimas reticencias de Rabat a la vuelta de Haidar.
La confirmación de que todo entraba en su tramo final la había dado poco antes de las ocho de la tarde la sonrisa del ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, al abandonar apresuradamente el Congreso de los Diputados tras interrumpir su comparecencia ante la Comisión de la Cámara baja en la que, precisamente, explicaba la actuación "humanitaria y política" del Ejecutivo en el caso.
Ya durante las tres horas que había durado su comparecencia parlamentaria, Moratinos había dejado vislumbrar que el final de la crisis estaba cerca, muy cerca. De hecho, el ministro había dedicado gran parte de su intervención a rebajar la presión sobre Marruecos, que sólo 48 horas antes había puesto sobre la mesa el propio Congreso con una proposición no de ley que había impulsado el Grupo Socialista.
Moratinos reconoció por primera vez que su homólogo marroquí le había telefoneado en dos ocasiones el día de la expulsión para informarle de ella y que, pese a sus protestas y "rechazo" a dicha decisión, las autoridades de Rabat siguieron adelante con la medida.
El jefe de la diplomacia española incluso aseguró que las autoridades marroquíes en el aeropuerto de El Aaiún intentaron negociar la noche de la expulsión una salida a la crisis que estaba a punto de abrirse y que, sugirió, fue la actitud de la propia Aminatou Haidar la que lo impidió. Unas palabras con la que Moratinos repartía las culpas de la "complicada" situación vivida entre Rabat, el Frente Polisario y, sobre todo, la propia activista. El objetivo era rebajar la presión sobre el Ejecutivo de Marruecos.
La nota del ujier
A las siete de la tarde, cuando la sesión de la comisión estaba a punto de superar su tercera hora, un ujier acercó una nota al ministro. Tras leerla, Moratinos pidió al presidente de la misma, el convergente Josep Antoni Duran Lleida, 15 minutos de receso. En ese instante, los teléfonos de los diputados presentes comenzaron a sonar casi al unísono. La solución era ya prácticamente una realidad. Una hora después, tras recluirse en un despacho de la Cámara baja, Moratinos abandonaba el hemiciclo con un esquivo "estamos trabajando intensamente", aunque su sonrisa y la de los miembros de su equipo los delataba.
El prólogo de Bruselas
El final del túnel del caso Haidar ya se había empezado a intuir horas antes en el Parlamento Europeo, informa Daniel Basteiro desde Bruselas. Allí, el presidente de los socialistas europeos en la Eurocámara, Martin Schulz, pedía por la mañana urgentemente la cancelación de la votación en la que se debía aprobar una resolución que presionaba a Rabat para que cediera en el caso de la activista saharaui.
La petición de Schulz fue rápidamente apoyada tanto por el líder europeo de los conservadores, Joseph Daul, como por el jefe del PSOE en la Eurocámara, el canario Juan Fernando López Aguilar, para quien la Eurocámara debía echarse atrás para "evitar una resolución que puedaimpedir el desarrollo de las negociaciones".
Desde ese momento, las negociaciones de la diplomacia española se aceleraron con la "prudencia y la discreción" como principio básico. El Gobierno español quería evitar que volviera a ocurrir lo del pasado 4 de diciembre, cuando tuvo que abortar en el último minuto un vuelo hacia El Aaiún con Haidar y el director de Gabinete de Moratinos, Agustín Santos, a bordo.
De hecho, las llamadas de confirmación a dirigentes políticos y a otros actores implicados en el caso no se realizaron hasta que la activista subía a la escalerilla del avión. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, se encargaba de informar a Mariano Rajoy, informa María Jesús Güemes"
jueves, 17 de diciembre de 2009
"¿Si no podemos pronunciarnos sobre Haidar, para qué estamos aquí?"
Este pacto sorpresa ha producido indignación en el resto de grupos políticos, que se sintieron engañados y traicionados por los dos partidos mayoritarios. "Es un golpe antidemocrático", señala Willy Meyer (IU), en conversación con este periódico. "Como siempre, la Eurocámara opta tras recibir instrucciones del ministerio de Exteriores español por no molestar a Marruecos", asegura.
Los rumores de una inminente solución al conflicto llevaron al presidente de los socialistas europeos en la Eurocámara, Martin Schulz, a pedir urgentemente la cancelación del voto. Schulz fue apoyado tanto por el líder europeo de los populares, Joseph Daul, como por el jefe del PSOE en la Eurocámara, Juan Fernanzo López Aguilar, para quien la Eurocámara debe echarse atrás para "evitar una resolución que pueda impedir el desarrollo de las negociaciones". Meyer rechaza de plano la "patética intervención" del socialista español, argumentando que "todos queremos una solución diplomática y la resolución iba en ese sentido: la facilitaba".
Los eurodiputados de ERC e ICV-Verds tampoco disimularon su indignación. "Es inaceptable que Marruecos marque la agenda del Parlamento Europeo", señala Raül Romeva (ICV-Verds) "y que sean los socialistas los que se lo permitan". Para Romeva, la Eurocámara no puede mirar para otro lado "cuando Haidar lleva 33 días en huelga de hambre, cuando se ha prometido la implicación de la UE".
Oriol Junqueras (ERC), visiblemente emocionado, expresa su frustración porque "en 34 años este Parlamento se haya impuesto este silencio forzoso al drama humanitario de todo un pueblo y ahora de esta mujer". Según Junqueras, la decisión de socialistas y populares es muy difícil de explicar. "¿Cómo van a entender los ciudadanos para qué estamos aquí? ¿Para qué nos han escogido si no podemos pronunciarnos sobre los derechos fundamentales y sobre el caso de Haidar?"
La resolución, pactada el miércoles por todos los grupos políticos, pedía "el regreso sin dilación" de Haidar a El Aaiún para "reunirse sin obstáculos con sus hijos y su familia" y criticaba la gestión y la falta de respeto de Marruecos por las resoluciones en materia de derechos humanos de la ONU.
"Los socialistas se felicitaban unos a otros a la salida del pleno, se deseaban "Feliz Navidad", señala Junqueras. "Sin embargo, cuando vuelvan de vacaciones Haidar podría haber muerto y la Eurocámara no habrá hecho nada para remediarlo", añadió."
sábado, 12 de diciembre de 2009
"¿Es el sector público excesivo?"
El más reciente ejemplo de lo que digo es la promoción por parte de la mayoría de los medios de información (El País, 08-11-09; El Mundo, 26-10-09; ABC, 26-10-09; El Periódico, 26-10-09) del informe “El coste de la Administración Pública en España” de la Escuela de Administración de Empresas de Barcelona. La tesis de este informe es que en España el empleo público ha experimentado un acelerado crecimiento estos últimos años (desde el año 2000), alcanzando unos niveles excesivos que están obstaculizando la eficiencia económica del país, mostrando una relación inversa entre el peso del empleo público de un país y su prosperidad económica. Para confirmar tales tesis el informe compara, por ejemplo, el tamaño de la población empleada en el sector público español con el existente en Alemania, concluyendo que el empleo público de España (como porcentaje del empleo total) es mayor que en aquel país, con lo que nos gastamos en tal empleo (que el informe confunde con funcionariado) mucho más que allí. Según el informe, la evidencia empírica muestra que, a mayor peso del funcionariado público, menor es la riqueza económica del país y de las regiones, y sugiere “la importancia de mantener el tamaño de los sectores públicos a raya con el fin de fomentar la productividad y la eficiencia económica”. La conclusión que se deriva es que hay que reducir el empleo público si queremos ser más eficientes.
El informe, sin embargo, selecciona y manipula los datos de una manera que unos medios de comunicación más críticos de los que tenemos habrían detectado. Se incluyen en el texto errores fáciles de ver, como que empleo público y funcionariado no son la misma categoría, sino dos distintas. Todo funcionario es empleado público, pero no todo empleado público es funcionario. Otro error es que la categoría empleo público que recoge el informe (derivado de Eurostat) no incluye a todos los empleados públicos, sino sólo los datos referentes, por ejemplo, a la categoría Administración pública y defensa. Se excluyen así muchos empleados públicos que no quedan incorporados en esta categoría. En tercer lugar, utiliza indicadores de tamaño del sector público que dan una visión sesgada de tal tamaño. Veamos.
Si analizamos el total de personas empleadas y contratadas en el sector público (a niveles centrales, regionales o autonómicos y locales), utilizando como fuente de datos las únicas que ofrecen tal información, que son la Organización Internacional del Trabajo y Eurostat, y analizando los indicadores que deben utilizarse para medir el tamaño del sector público (el número de empleados públicos sobre el total de la población adulta), podemos ver que España tiene un porcentaje de personas empleadas en el sector público de los más bajos de la UE-15 (9,5%), sólo mayor que Austria, Italia y Portugal. Alemania (el país que el informe cita erróneamente como que tiene un empleo público menor que España) tiene un 10%, mientras que Suecia tiene un 21%.
Para llegar a la deseada conclusión de que Alemania tiene un empleo público menor que España, el informe calcula el número de empleados públicos como porcentaje de todo el empleo. Pero, al utilizarse este indicador, el informe no está comparando manzanas con manzanas, sino con peras. El empleo público tiene una composición distinta en los dos países. La sanidad alemana, por ejemplo, está basada en un sistema de aseguramiento, por lo que no quedan incluidas en la contabilidad nacional las cifras de empleo público en sanidad, pues tal empleo no está contratado por el Estado, sino por las compañías de aseguramiento. De ahí que el empleo público en sanidad en Alemania sea muy bajo. Si se excluyese la sanidad, entonces se vería que, en realidad, el empleo público es notablemente mayor en Alemania que en España (ver “Los errores del el informe Los costes de la Administración Pública en España” en www.vnavarro.org).
Lo mismo ocurre en cuanto al gasto público, que el informe considera explosivo, manifestando que ha experimentado este crecimiento en los últimos años, entre otras razones por el crecimiento del gasto en remuneración de los empleados públicos. Pero cuando se analizan los datos se ve que, en realidad, el gasto público (por habitante) en remuneración salarial de los empleados públicos es de los más bajos de la UE-15 (sólo por encima de Grecia, Italia y Portugal), y ello como consecuencia no sólo de que el empleo público es de los más bajos de la UE-15, sino también de que el gasto por empleado también lo es (lo cual explica, por cierto, la emigración de profesionales cualificados del sector público español a otros países de la UE-15, incluida Alemania).
Una consecuencia de esta situación es que el número de empleados públicos por ciudadano sea el más bajo de la UE-15 (junto con Italia y Portugal). Lo que quiere decir que los ciudadanos están menos atendidos por el Estado en España que en el resto de la UE-15. Esta escasa atención toma lugar principalmente en los servicios públicos. La tan citada rigidez del Estado en España es consecuencia de su pobreza. En realidad, la escasa eficiencia de la economía española, como del resto del sur de Europa, se basa en el escaso desarrollo del sector público. Como incluso el Foro de Davos (El Vaticano del pensamiento liberal) reconoce, los países con mayor eficiencia económica y bienestar social en Europa son los países nórdicos de tradición socialdemócrata con amplios sectores públicos.
Por último, la reforma de la Administración pública, dando mayor protagonismo a las autonomías, ha significado un cambio en el sistema de gobierno del empleo público. Pero ello no ha significado un aumento muy marcado del empleo público. En realidad, tal crecimiento ha sido sólo de un 1% por año, lo cual no ha sido especialmente acentuado teniendo en cuenta el gran déficit de personal en el sector público.
Vicenç Navarro es catedrático de Políticas Públicas de la Universidad Pompeu Fabra y profesor de ‘Public Policy’ en The Johns Hopkins University
miércoles, 2 de diciembre de 2009
"Fiesta de la democracia en Honduras"
“A quien hay que aislar es a las dictaduras sátrapas de los Castro o Hugo Chávez, que es quien movía los hilos de Zelaya” -Carlos Iturgáiz, observador del PP en Honduras-
No tengo ninguna duda de que las elecciones hondureñas han sido una lección de democracia. Vale, ya sé que se celebraron bajo un gobierno golpista, con el ejército asumiendo funciones de seguridad, el presidente sitiado en una embajada, y algunos medios de comunicación cerrados. Pero no dejemos que esas minucias empañen nuestro contento.
Es verdad que no hubo organismos internacionales que certificasen el proceso, pero la Internacional Derechista envió decenas de observadores para asegurar su limpieza. En la fiesta de la democracia en versión hondureña coincidieron ex presidentes derechistas de todo el continente, así como dirigentes empresariales, centros de estudios conservadores estadounidenses, y hasta opositores venezolanos. Y por supuesto representantes de los pocos países que reconocen al gobierno golpista.
El clamor democrático era tal que los observadores se emborrachaban de entusiasmo. No hay más que ver a nuestro eurodiputado Carlos Iturgáiz, que se pasó la jornada electoral lanzando proclamas contra el chavismo y a favor de las tesis golpistas. En su exhibición de imparcialidad sólo le faltó hacer cortes de manga y pedorretas tras cerrar los colegios.
El paripé ya está hecho, y los golpistas han alcanzado sus objetivos: apartar a Zelaya, frenar los intentos de reforma constitucional, y sacar al país del “eje del mal” americano. A cambio, no han tenido ni que guardar las formas restituyendo un ratito a Zelaya. Sólo les queda un último empujoncito para tener el reconocimiento internacional pleno. Con el aval norteamericano asegurado, y las ganas que la mayoría de países tienen de quitarse el marrón de encima, no creo que les cueste mucho. Y a otra cosa.