lunes, 18 de julio de 2011

1936

1936

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana,
cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

En 1961 y en ciudad extraña,
más de un cuarto de siglo
después. Trivial la circunstancia,
forzado tú a pública lectura,
por ella con aquel hombre conversaste:
Un antiguo soldado
en la Brigada Lincoln.

Veinticinco años hace, este hombre,
sin conocer tu tierra, para él lejana
y extraña toda, escogió ir a ella
y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,
juzgando que la causa allá puesta al tablero
entonces, digna era
de luchar por la fe que su vida llenaba.

Que aquella causa aparezca perdida,
nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella
sólo atendieran a ellos mismos,
importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno.

Por eso otra vez hoy la causa te aparece
como en aquellos días:
noble y tan digna de luchar por ella.
Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido
a través de los años, la derrota,
cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices
que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.

LUIS CERNUDA

viernes, 1 de julio de 2011

La asfixia del pueblo, el aire de los mercados

Estamos asistiendo in situ al paradigma de la perversión del capitalismo. Una crisis mundial que, igual que la que está sufriendo Grecia, ha sido provocada por otros. Sus responsables son de sobra conocidos y hasta en algún caso, como el del presidente del Banco Santander, Emilio Botín, incluso se jactan de ello. Pero quienes la están sufriendo y la sufrirán mucho más intensamente será el habitual perdedor de la historia: el pueblo.

En estos días se aprobaba en el Parlamento griego un paquete de medidas que no se limitan únicamente a un sentido 'impopular' sino que trasciende al de anti-popular. Lo que aquí podría deducirse es de dónde, en una supuesta democracia como la que se presupone es la griega, una cámara de "representantes" (elegidos con un sufragio del 44% en un país en el que por Ley es OBLIGATORIO acudir a votar) salidos de no se sabe muy bien cuál criterio dado el contexto circunstancial en que se han producido las elecciones, pues se prestaba poco a la fría reflexión, ha extraído la legitimidad con la que votar unas medidas impuestas desde fuera de Grecia. Y ello sin que estuviera, ni tan siquiera implícitamente, redactado en los programas electorales de los que han ejecutado las órdenes foráneas.

Esto, señores, es violencia en estado puro, y su despotismo tiene poco que envidiar al de los peores regímenes autoritarios. El Parlamento griego ha aprobado en los pasados días medidas como las siguientes: alza del impuesto sobre la propiedad, que llega tarde y mal; subida del IVA para hostelería del 13 al 23% de forma directa, que a un nivel general pasará, en tres tramos, del 5'5 al 23%; los salarios del funcionariado se verán rebajados en un 15% y los de los empleados públicos, en el doble (lo que representa casi un tercio); será recortada una cuarta parte de las contrataciones públicas (150.000 empleos) y "cerrados o fusionados" 1.976 colegios. El gasto e inversión sanitarios serán reducido. Los criterios para conseguir un subsidio público serán endurecidos, en uno de los tres países de la UE-15 con menos prestaciones sociales (los otros son España y Portugal). La edad de jubilación será incrementada (la cual era menor que en España) y aumentarán los años obligados de cotización (40 para tener derecho al 100% de la pensión, que es de suponer no debe ser muy alta). Se privatizarán, total o parcialmente, las loterías, telefonía y el Postbank de los dos mayores puertos del país (El Pireo y el puerto de Thessalonika), y "en los próximos años" será vendida la gestión de aguas de Atenas, la refinería estatal, los aeropuertos y las autopistas, esperando recaudar cifras absurdamente optimistas en un país que está en quiebra y debe vender a la baja obligado por el pago de deudas, principalmente contraídas con la banca alemana. 

El anuncio de tan polémica aprobación alegraba ayer a los mercados, y las bolsas cerraron al alza. Cabría preguntarse entonces, cuál es el fundamento de legitimación del gobierno griego. Como dijo el presidente Zapatero tras una apretada votación para sacar adelante la reforma (REGRESIVA) de la negociación colectiva, "Para eso está el Parlamento, es la grandeza de la democracia". Es magnífico el orgullo de quien, como en Grecia, se dice socialista y apela a las instituciones supuestamente democráticas al momento de legislar contra el pueblo. 

No sé si esto YA NO ES una democracia, pero desde luego cada vez se le parece menos.