Quisiera partir de una premisa innegable. Algo ha hecho mal Izquierda Unida para que la gente que protesta a través de la plataforma sin adscripción política ¡Democracia Real Ya!, mucho antes de comenzar a protestar, no hubiera contemplado esta opción como medio de consecución de los ansiados cambios que se están solicitando.
Por supuesto, las demandas de la ciudadanía pivotan —quizás en mayor grado que ninguna otra— en torno a los vicios que el bipartidismo ha generado, véanse la corrupción y el clientelismo político por encima de los intereses de la ciudadanía. ¿Podría significar esto que no hay que votar? En absoluto, y el lema burda y deshonestamente manipulado por los medios del «No les votes», lo ejemplifica de un modo espléndido. Esto y no otra cosa es lo que explica que en su manifiesto la asimilación hacia los dos grandes partidos se haya hecho mediante la uniformidad de siglas: «PPSOE», que en Cataluña se han hecho extensivas a CIU.
Dicho esto, invito a cualquiera a echar una ojeada a los programas políticos de los partidos —también de los dos mayoritarios—, siempre que existan las dudas acerca de a quién —o quiénes— votar. Se entiende a su vez que la inexistencia de dudas viene dada por el conocimiento al programa o, en última instancia, a la idiosincrasia de la organización de que emana. La letra es lo tangible y el programa es el contrato de compromiso que un tal grupo adopta para con su electorado.
Por razones obvias, mi pretensión única es destacar algunos de los aspectos (genéricos) que me resultan más significativos del programa de IU en Asturias.
«La democracia se fundamenta en un doble compromiso: el de los ciudadanos con los asuntos públicos y el de los poderes públicos con la ciudadanía. Este doble compromiso se debe basar en un reforzamiento de la participación, el control y la garantía de la crítica de la sociedad civil sobre las administraciones públicas.» (p.7 del programa de IU de Asturias). Esto incluye: reforma de la ley electoral, control de la fiscalidad y presión fiscal para las rentas más altas, fijar el gasto en Publicidad Institucional en el 0.1%, promoción de la participación ciudadana mediante el asociacionismo, etc.
«La base del Estado de Bienestar son los impuestos justos. Con ellos las Administraciones retiran a los más favorecidos una parte de la riqueza para sostener los servicios públicos esenciales, una parte de las prestaciones sociales y realizar inversiones. Es decir, sirven para que quien más tiene más aporte para sufragar la Sanidad, la Educación, nuestro Salario Social, lo que beneficia a una mayoría de la sociedad que no podría pagarlos en el mercado; y las infraestructuras, que contribuyen al desarrollo y generan empleo.» (p.19, introducción a la política de Fiscalidad del programa de IU de Asturias). Lo cual contempla: incrementar la presión fiscal de aquellos que coticen por encima de los 60.000 euros anuales, restablecer el Impuesto de Sucesiones, elevar los impuestos a los grandes almacenes, impulsar el impuesto sobre la vivienda desocupada, sobre solares sin edificar, sobre recalificación de terrenos… amén de toda una serie de impuestos en torno a una «fiscalidad verde» (p.20).
«La educación es un instrumento primordial para la emancipación personal y colectiva, y una herramienta indispensable de cohesión social. En el actual contexto económico, invertir en educación es invertir en luchar contra la crisis, asumiendo las cargas sociales derivadas de la mala situación de las familias y generando formación para enfrentarse al mercado de trabajo.
»La educación ha de convertirse en un medio fundamental para alcanzar el desarrollo integral de las potencialidades de todas las personas a lo largo de la vida. Y debe ser un elemento importante en los procesos de desarrollo económico, social y de equilibrio territorial.» (p.21 y se extiende hasta la 26)
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