A decir verdad, esto no tendría por qué relacionarse con otros lugares ni noticias, pero dado que tristemente esta lamentable y dramática situación se vive en un país que gusta de hacer crítica en los asuntos socio-políticos (o debiera decir socio-económicos) de otros, me resulta imposible no difundirlo.
Lo sorprendente es que esta cifra corresponde a Estados Unidos, el país más rico del mundo, donde el acceso a la salud es casi un lujo y donde una mujer embarazada afroamericana tiene cuatro veces más probabilidades de morir que una mujer blanca.
Inamarie Rouse (en la foto), murió con 33 años después de dar a luz. Su marido, André Rousé, contó su trágica historia a Amnistía Internacional:
“Inamarie empezó a quejarse de que le faltaba la respiración.... La máquina del oxígeno no hacía más que pitar... Nadie se lo tomaba en serio... me dijeron que ‘no era para tanto’ y que nos estábamos poniendo ‘melodramáticos’... Inamarie entró en coma y murió cuatro días después.”
La reforma sanitaria propuesta por el Presidente Obama no aborda el terrible problema de la discriminación ni los errores del sistema de salud. Su gobierno está fallando en su deber de garantizar el derecho a la salud materna de calidad para todas las mujeres. Por favor, ayúdanos a recordarle sus obligaciones firmando aquí nuestra petición.
(...), necesitamos tu ayuda para evitar que en EEUU, las mujeres sigan muriendo por complicaciones que se pueden prevenir. Hoy quiero pedirte que te asocies ahora a Amnistía Internacional para que juntos podamos seguir denunciando estas atrocidades.
Gracias por tu solidaridad.
Esteban Beltrán
Director Amnistía Internacional España
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