martes, 21 de febrero de 2012

El jefe del Pentágono, Leon Panetta, reconoce que Irán no trata de fabricar armas atómicas

Dada la escalada constante de acoso mediático (ese universo paralelo en el que la guerra a la república islámica de hecho ya había comenzado) contra Irán y los rumores de guerra que sin cesar vienen oyéndose desde hace ya años pero que se habían acrecentado en los últimos meses, forzoso nos será reconocer como una magna sorpresa el que la prensa internacional apenas haya pasado por esta noticia. Incluso, sabiendo la gravedad de lo que todo ello comportaría (la guerra nuclear) se hace más acusado el que no se hubieran detenido en detalle sobre ella, tanto noticias y editoriales como "analistas políticos".

La noticia pude escucharla por primera vez en el programa de actualidad mundial Dossier, de Venezolana de Televisión dirigido por Walter Martínez del día viernes 17 del presente mes. En él, podía verse a Leon Panetta ante un bombardero atómico B-52 dando una charla-discurso a los soldados de una base militar estadounidense, a quienes confesaba que Inteligencia no había podido obtener prueba alguna de que el gobierno iraní estuviese tras la bomba atómica. (Mint. 42'15'' y ss.)

La noticia puede leerse de todos modos en el portal librered.

En cualquier caso, no quisiera pasar sin un cierto detenimiento, pues noticias como ésta no hacen sino circunscribirse a la lógica mediática impuesta y que se resume en la consigna "Irán no tiene derecho a tener armas nucleares". Consigna obviamente arbitraria y más que relativa.

Irán tiene tanto derecho como cualquier país a desarrollar y poseer armas nucleares y, a la vez y contradictoriamente, tanta legitimidad como cualquier otro, que en este caso es ninguna. 

En este sentido, quienes más preocupados están por que la posea, los mismos que sobre falsas pruebas y tramposos argumentos imponen sanciones (EE.UU. acaba de implementar unilateralmente las sanciones sobre el país islámico, lo cual ha sido denunciado por Rusia, pues viola el derecho internacional), son quienes poseen tan exclusivista arma, única por cierto que tristemente parece garantizar no sólo la soberanía nacional sino la disuasión ante una posible y potencial guerra (léase Korea del Norte). EE.UU. -y la comunidad internacional en tanto permisiva- así lo ha querido.

Que el país con más guerras en su haber sea al mismo tiempo quien regala y otorga tal derecho, vuelve más aberrante si cabe que sea el que también dicta las normas. El que establece las fronteras de lo justo y lo injusto, lo 'legal' e 'ilegal', lo que está bien y lo que está mal, quiénes son los buenos y quiénes los malos.

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