En un documento de 112 páginas, la asociación explica que la media de consumo diario para los palestinos es de 70 litros, la de los israelíes es de 300. En algunas zonas de Gaza y Cisjordania, el consumo se reduce a los 20 litros, el mínimo recomendado incluso para catástrofes humanitarias como la que se da en Palestina.
Amnistía, además, insiste en que Israel está impidiendo que los palestinos del West bank construyan sus propios pozos y ha destruido cisternas y depósitos de agua. Al mismo tiempo, denuncian que los judíos en los asentamientos pueden disfrutar de sus propias piscinas y de jardines con césped.
Según la organización, los israelíes están consumiendo el 80% del agua procedente de los manantiales del Monte Aquifer, principal fuente de abastecimiento para lo israelíes y palestinos. Donatella Rovera, portavoz de Amnistía dijo en un comunicado que "el agua es una necesidad básica y un derecho, pero para muchos palestinos obtener incluso niveles de baja calidad y cantidades sustanciales se ha vuelto un lujo que apenas pueden tener".
Acusaciones "absurdas"
Israel ha negado las acusaciones de Amnistía Internacional explicando que cumple a rajatabla con los acuerdos de Oslo de 1993, en los que se estipula la cantidad de agua diaria que deben recibir los palestinos. "Israel suministró a los palestinos 20,8 millones de litros cúbicos de agua, superando lo que está obligado a hacer bajo el acuerdo de agua", dijo el portavoz del primer ministro, Benjamin Netanyahu, Mark Regev.
El propio Israel, que sufre una escasez de agua sin precedentes y un aumento en las tarifas, controla buena parte de los suministros de Cisjordania y los distribuye desde un acuífero que pasa por Israel hacia el territorio palestino.Fuente: Público
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