viernes, 27 de febrero de 2009

Olimpiadas Obreras, Olimpiada Popular

Si bien los Juegos de Pekín terminaron hace ya varios meses, no quisiera perder la oportunidad de hacer una última reseña sobre ellos y una breve y modesta retrospectiva acerca lo que en sí simbolizan o, mejor, llegaron a simbolizar un evento alternativo a los Juegos más mediáticos de la historia de las Olimpiadas, estos son, Berlín 1936.
Unos Juegos los de China impresionantemente bien organizados y absolutamente espectaculares; quizá los mejor organizados de toda la historia —antes así fueron consideradas las Olimpiadas de Barcelona, luego en disputa con las de Sydney— pero también y seguramente, de los más políticos.
El grado de mediatización ha sido increíblemente alto y la visión que de China hemos contemplado creo que no puede negarse que ha sido desde un punto burda y absolutamente occidentalizado.
Pese a todo, no debiera sorprender tanto ese grado de politización o, al menos, opino que no debiera resultar más escandaloso que fuera de los márgenes de la perspectiva dada; me explicaré. Los JJOO —los de la era moderna— nacieron precisamente con esa intención, a fines de siglo XIX —1896—, como un factor más de implantación y desarrollo de los Estados nacionales como una forma más de buscar el alineamiento de la ciudadanía en torno a la bandera de su país. En el medallero lo que se refleja es un listado organizado según banderas en lo que resulta ser, simple y llanamente, una competición entre países y no el falaz hermanamiento deportivo que se vende.
No obstante, esto no siempre fue así, y no habría que remontarse a tiempos de la antigua Grecia para verlo. No quisiera referirme a escándalos como el de la octava medalla de Phelps, que claramente pudo verse como éste llegaba por detrás del nadador serbio, ni de otros escándalos arbitrales como el de la final de baloncesto o el de la de vela, no. Me refiero a un evento igual pero a la vez diametralmente opuesto.
Las Olimpiadas Obreras, un evento deportivo muy distinto de los Juegos actuales, buscaban un auténtico hermanamiento entre trabajadores perdido supuestamente en la primera guerra mundial, período en que fueron canceladas las Olimpiadas de 1916 que debieron tener lugar en Berlín.
Su organización corría a cargo de la Internacional Deportiva Obrero Socialista —SWSI, según sus siglas en inglés—, no había ni banderas ni himnos nacionales y, por ende, tampoco las rivalidades de éstas derivadas. En las ceremonias sonaba la Internacional y la bandera era una sola, la roja, símbolo del movimiento obrero. Sólo tuvieron vigencia entre los años 1925 y 1937, siendo realizadas tres Olimpiadas; la cuarta, prevista para Helsinki en 1943, no llegó nunca a celebrarse y jamás volvieron a ser retomadas.

En 1936, iban a ser celebrados JJOO en Berlín, en pleno auge de la Alemania nazi. En ellos pudo verse la pleitesía y permisividad de las democracias occidentales respecto a la “nueva Alemania”, perfecta aunque tristemente ejemplificado en la delegación francesa, a la que pudo verse desfilando por el estadio olímpico haciendo el saludo fascista mirando a un palco presidido por Adolf Hitler. Estos Juegos, además de por la excepcional y simbólica actuación de Jesse Owens, serán para siempre recordados por la magnífica plasmación que de ellos realizó Leni Riefenstaldt para el que iba a ser el documental oficial del evento: Olimpia.


En esta imagen vemos a Jesse Owens, haciendo un saludo militar tal vez como réplica al nazi del atleta alemán


Si bien es cierto que el “saludo romano” era tradicional en las olimpiadas desde su reestablecimiento, no es menos cierto que ya para aquel entonces éste había adquirido unas connotaciones claras y muchas otras delegaciones se negaron a realizarlo. No estoy seguro de qué delegaciones se negaron a hacerlo —aunque entre ellas se encontraba la inglesa—, pero otras como la italiana y la austriaca —ésta desde 1934 con un gobierno de tipo fascista— saludaron orgullosamente brazo en alto.

En Esta otra imagen vemos a la delegación francesa hacer orgullosa el saludo fascista

Otro ejemplo, quizás más conocido, es el de la Olimpiada Popular. Esta iba a ser celebrada entre el 19 y el 26 julio de 1936 en Barcelona en señal de protesta por los Juegos de Berlín. El sistema de participación para estas Olimpiadas no era de adscripción meramente territorial nacional, sino que permitía la representación regional y local, evitando así las rivalidades interestatales. Fueron inscritas 22 naciones —entre ellas Galicia, Euskadi y Cataluña— y 6.000 atletas en los de la Alemania nazi participaron 4.066, varios de ellos judíos.
Esta importante representación fue producto de las asociaciones y clubes deportivos obreros y sindicales vinculadas a partidos de izquierda, no a comités estatales o federaciones, y pocos fueron —aunque sí que los hubo— los atletas de alto nivel, entre los que se encontraba gente de renombre que se había negado a participar en representación de su país en las Olimpiadas “oficiales”, entre ellos por supuesto exiliados alemanes, italianos o austriacos.
Este evento no pudo nunca realizarse debido al estallido de la guerra civil española, sin embargo, varios de esos atletas, venidos en principio para competir pero movidos por un fuerte sentimiento antifascista, decidieron quedarse en España, convirtiéndose, quizá sin saberlo, en los primeros brigadistas internacionales. Ellos escribieron con su sangre la página más imborrable e imperecedera posible de la historia de las Olimpiadas pero sobre todo de los valores que a ellas se les atribuyen.

5 comentarios:

Daniel dijo...

Los deportistas, no sé por qué suelen ser un poco conservadores. Séra que lo creo el ejercito prusiano. Un saludo.

John Cornford dijo...

Hola Daniel, bienvenido al Cuarto Estado. Sí, de hecho es de agradecer cuando uno encuentra algún deportista medio comprometido o consciente con algo q no sea el dinero. El q esto sea algo poco común supongo q los hace más especiales, porque desde luego no abundan nada.

Un saludo.

Anónimo dijo...

No consideras que eres pretencioso?
por lo general en todos tus articulos, tiras linea de una manera univoca, sin cuestionarte siquiera, muy a blanco y negro... no me refiero a este articulo en especifico... sucede que hoy cai en tu pagina de casualidad buscando el poema de aceituneros... y lenyendo lo tuyo, me molesto un poco tu manipulacion de datos y la ridicula forma de hacer creer a las personas que ne el mundo hay gente buena (tu y los que piensan como tu) y gente mala (el resto del mundo "que no te comprende")
en definitiva seguiere leyendote, espero ver un poco mas de autocritica en la proxima.
Saludos

Anónimo dijo...

A, y veo que solo publicas lo que te place... por favor, di no a la incongruencia y deja fluir el foro sin censuras.

John Cornford dijo...

qué tal Salo. Es Salo o es Saló? (por lo de los chicos de la república italiana, supongo q conozcas la historia).

bueno la verdad q no sé porqué tendría q excusarme de lo q publico o justificar el porqué lo hago, me extraña q alguien deje un comentario para eso.

en general, yo tengo una visión PERSONAL de las cosas, q no pido a nadie q la aprenda, no me considero ni doctrinario ni dogmático. yo leo muchas cosas con las q no estoy de acuerdo y no por ello le diré al q las escribe q modifique sus puntos de vista. ya ves, lo guapo muchas veces es q haya variedad de puntos de vista.

mi blog es mi blog, te agradezco q lo leas y si te gusta pues para mí un alago y un placer, pero no te he pedido q lo hagas, así q no digas lo te he de escribir.

soy de izquierdas, comunista y no se lo escondo a nadie, no entiendo porqué debiera incorporar un punto de vista reaccionario o conservador.

los temas los suelo escoger en función de la cultura q he ido adquiriendo con el tiempo y vengo de familia obrera y comunista. a veces publico sobre actualidad, pero suele ser para criticar la visión de los medios masivos de comunicación, q en MI OPINION dan puntos de vista sesgadamente interesados acordes al pensamiento hegemónico. yo no tengo intereses ocultos y critico lo q creo q debo de criticar.

AHORA BIEN, si tú crees q cuando escriba alguna entrada no he puesto algo q consideras oportuno no omitir, pues para eso están los comentarios. en general no me gusta q la gente ponga comentarios un tanto camorristas, si es para aportar algo, estupendo y me alegraré de q se pueda debatir en torno a eso, pero de critica facil y vacua no los dejes porq no te los publicaré; creo q me lo agradecerá la gente ademas.

un saludo.