No era mi intención publicar nada hasta pasados unos días o hasta que encontrase algo digno de comentar y la verdad que esto último ha sucedido antes de lo por mí deseado.
Ayer resulta que estoy viendo las noticias y oigo con asombro una nueva política del PSOE en materia social, a saber: la devolución de 400 € en su declaración a todas aquellas familias de trabajadores, pensionistas, jubilados, etc. a fin de hacerles tener un mayor poder adquisitivo.
Pues bien, como me ha parecido de tal magnitud la vergüenza que supone esta promesa apenas un mes vista de las elecciones sólo quería hacerla constar. El Partido Socialista —y no entrecomillo socialista por educación— siempre se ha gustado de hacer este tipo de promesas antes de las elecciones —Felipe González recordarán muchos que no hacía otra cosa que prometer una subida de las pensiones— pero creo que ya se pasan.
El descrédito de la política en este país llega a tales niveles que pueden hacerse este tipo de promesas, por un lado sin ruborizarse nadie y, por otro, llegando a ser alabado por amplios sectores dentro, o en la órbita, del PSOE. El Partido Popular protesta y, una vez más el debate es a dos, no existe ningún otro partido fuera de los dos grandes —y ya va siendo por cierto hora de cuestionar el por qué son los mayoritarios— y los pequeños partidos nacionalistas que no hacen daño a nadie. De hecho dan juego: no cuestionan el sistema de votaciones y recuento de votos porque les beneficia ampliamente, se venden más o menos baratos a aquel que gane las elecciones —sólo solicitan un aumento en la partida presupuestaria para su región— y, a menudo, encrespan el clima político para disfrute y sobre todo distracción de la ciudadanía. Todo circo tiene sus payasos.
Hace tan sólo un par de días era el PP quien prometía construir 2 millones de puestos de trabajo —que se dice pronto y, por lo visto, a la ligera— y una bajada en los impuestos, y una mejora del poder adquisitivo de aquellos que menos ingresos tengan, y no sé cuantas guarderías, y… y en fin, que la demagogia además de ser gratuita, es socarrona y libre, como todo en la sociedad liberal.
Parece que preocupa el contribuyente de menos posibilidades económicas pero nadie ha apostado nunca, ni lo hará por las políticas indirectas que mejoren el nivel y calidad de vida y la capacidad y aprovechamiento de las rentas, ni reducciones fiscales para las más bajas, ni sanciones para aquellas más altas, ni la subida del salario mínimo interprofesional, ni el tope salarial, etc. Fin de cuentas, políticas estas orientadas a mejorar el bienestar social y paliar las disparidades entre los que cada vez tienen más y los que cada vez menos que, en los últimos años y creo que este dato no se le escapa a nadie, se ha disparado.
El problema del crecimiento exponencial de las desigualdades viene determinado por el sistema económico neoliberal en el cual estamos inmersos y que yo sepa, tanto la derecha del Partido Popular como la supuesta izquierda —o centro izquierda como ya apuntan muchos— del Partido Socialista, tienen un programa económico teñido de neoliberalismo.
Las promesas sociales no sorprenden porque hay crisis económica, eso sí, a nivel microeconómico. Las políticas sociales del PSOE siempre han sido placebos pero, ¿cuándo la derecha ha tenido siquiera algún tipo de estas medidas en su programa?
Luego estaría hablar del voto útil, pero en fin, el que quiera entender, que entienda.
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