Se han leído cosas bastante llamativas como las que recogía el pasado domingo 2 de diciembre el diario La Vanguardia que aseveraba que “Venezuela elige hoy entre democracia y dictadura”. Debo confesarme ingenuo; no sabía que tan magna decisión pasase por las urnas.
Ciertamente este tipo de cosas no sólo se leen sino que se oyen, de tal forma que en La Mirada Crítica, el programa de “debate” matinal de Tele 5, su presentador aseguraba que Hugo Chávez había perdido el Referéndum que había convocado “para ganarlo”. Nos ha jodido si lo hubiera convocado “para perderlo” pero en fin todo puede ser, más viniendo de un despótico como él que, ha diferencia de S. M. Juan Carlos I, ha sido ratificado en seis ocasiones desde llegó al poder en 1998. Extraño secuestro de conciencias el del presidente de Venezuela.
Durante estos dos últimos meses se ha hablado también del despotismo y la soberbia que demuestra diariamente Hugo Chávez. No comentaré nada más sobre el incidente de la Cumbre Iberoamericana, pues ya lo había hecho con anterioridad en este mismo espacio, pero supongo que, como siempre, libres e imparciales son los medios españoles, quienes han denunciado el autoritarismo de la reforma del texto constitucional. Pero, entonces, teniendo en cuenta la mayoría absoluta de que goza en el parlamento venezolano, ¿por qué motivo el gobierno convoca un Referéndum, una consulta popular en la que puede salir “No” y echar atrás su propuesta, en lugar de pasar la votación por la Asamblea Constituyente en la que sin duda saldría a favor? La reforma constitucional de la que tanto se ha hablado durante la última legislatura del PP en nuestro país, ¿pasaba por una consulta popular? En realidad tal reforma de nuestra Carta Magna habría sido realizada por sufragio indirecto, o sea, a través de las Cortes (cosa, por otra parte, completamente legítima) y no por sufragio directo como sí han hecho en Venezuela que, dicho sea de paso, resulta sensiblemente más democrático.
No es nuevo el decir que dichos medios crean “estados de opinión” y la opinión generalizada en España con toda seguridad sigue la línea editorial marcada por todos ellos. Medios tan antagónicos como ABC y El Mundo por un lado, y El País por otro, se han puesto de acuerdo para denunciar a este personaje, quien parece haberse puesto solo en el asiento presidencial sin consultar a nadie. Se equivocan obviamente términos. Así, dichos medios han puesto la voz de alarma para denunciar sin paliativos la intención del venezolano de “autonombrarse” presidente (literalmente) “vitalicio”.
Me resultó enormemente desconcertante enterarme de que, en realidad, la prensa española y mundial había, quizás, interpretado mal el texto, puesto que no decía nada de “vitalicio”. Según parece lo que le otorgaría tal reforma sería “simplemente” poder presentarse indefinidamente a la reelección, ya que actualmente la Constitución venezolana (por cierto, por el mismo Chávez promovida y ratificada igualmente con amplio margen en Referéndum) sólo autoriza a presentarse cuatro veces a un mismo candidato. Aquí, para todo aquel que considere un abuso la capacidad de reelección indefinida, deberíamos recordar que en España Felipe González se presentó cuatro veces y tuvo que abandonar el poder al no ser reelegido en 1996 pero que, de haberlo sido, podría haberse vuelto libremente a presentar, ya que en España la capacidad de reelección es también indefinida. ¿Por qué entonces en Venezuela a esto se le considera un abuso de autoridad, máxime cuando esta reforma sale a votación popular? Extraño abuso de poderes y evidente doble rasero el de los españoles a la hora de juzgar los asuntos de terceros.
Hoy lunes 3 de diciembre la prensa se congratulaba por el estrecho margen que había obtenido la negativa a la reforma de la Constitución. Según el diario El País en su edición digital del domingo, antes de conocerse los resultados, afirmaba que la baja participación habría beneficiado al “Sí”, lo cual no tendría, creo yo, mucho sentido, puesto que quienes más concienciados estaban de acudir a la votación eran los partidarios del “No”. Extraña lógica la aplicada por el periódico.
Al final ha triunfado el “No” y el presidente Hugo Chávez se ha apresurado a reconocer y felicitar el resultado, pese a ser el no deseado por él. La consulta no ha sido muy multitudinaria y la participación finalmente ha sido escasa, por lo que la reforma tendrá aún que esperar y la propuesta que vaya hacerse entonces tendrá que entusiasmar a los venezolanos, cosa que ahora no ha conseguido. Yo espero que lo logre.
Ciertamente este tipo de cosas no sólo se leen sino que se oyen, de tal forma que en La Mirada Crítica, el programa de “debate” matinal de Tele 5, su presentador aseguraba que Hugo Chávez había perdido el Referéndum que había convocado “para ganarlo”. Nos ha jodido si lo hubiera convocado “para perderlo” pero en fin todo puede ser, más viniendo de un despótico como él que, ha diferencia de S. M. Juan Carlos I, ha sido ratificado en seis ocasiones desde llegó al poder en 1998. Extraño secuestro de conciencias el del presidente de Venezuela.
Durante estos dos últimos meses se ha hablado también del despotismo y la soberbia que demuestra diariamente Hugo Chávez. No comentaré nada más sobre el incidente de la Cumbre Iberoamericana, pues ya lo había hecho con anterioridad en este mismo espacio, pero supongo que, como siempre, libres e imparciales son los medios españoles, quienes han denunciado el autoritarismo de la reforma del texto constitucional. Pero, entonces, teniendo en cuenta la mayoría absoluta de que goza en el parlamento venezolano, ¿por qué motivo el gobierno convoca un Referéndum, una consulta popular en la que puede salir “No” y echar atrás su propuesta, en lugar de pasar la votación por la Asamblea Constituyente en la que sin duda saldría a favor? La reforma constitucional de la que tanto se ha hablado durante la última legislatura del PP en nuestro país, ¿pasaba por una consulta popular? En realidad tal reforma de nuestra Carta Magna habría sido realizada por sufragio indirecto, o sea, a través de las Cortes (cosa, por otra parte, completamente legítima) y no por sufragio directo como sí han hecho en Venezuela que, dicho sea de paso, resulta sensiblemente más democrático.
No es nuevo el decir que dichos medios crean “estados de opinión” y la opinión generalizada en España con toda seguridad sigue la línea editorial marcada por todos ellos. Medios tan antagónicos como ABC y El Mundo por un lado, y El País por otro, se han puesto de acuerdo para denunciar a este personaje, quien parece haberse puesto solo en el asiento presidencial sin consultar a nadie. Se equivocan obviamente términos. Así, dichos medios han puesto la voz de alarma para denunciar sin paliativos la intención del venezolano de “autonombrarse” presidente (literalmente) “vitalicio”.
Me resultó enormemente desconcertante enterarme de que, en realidad, la prensa española y mundial había, quizás, interpretado mal el texto, puesto que no decía nada de “vitalicio”. Según parece lo que le otorgaría tal reforma sería “simplemente” poder presentarse indefinidamente a la reelección, ya que actualmente la Constitución venezolana (por cierto, por el mismo Chávez promovida y ratificada igualmente con amplio margen en Referéndum) sólo autoriza a presentarse cuatro veces a un mismo candidato. Aquí, para todo aquel que considere un abuso la capacidad de reelección indefinida, deberíamos recordar que en España Felipe González se presentó cuatro veces y tuvo que abandonar el poder al no ser reelegido en 1996 pero que, de haberlo sido, podría haberse vuelto libremente a presentar, ya que en España la capacidad de reelección es también indefinida. ¿Por qué entonces en Venezuela a esto se le considera un abuso de autoridad, máxime cuando esta reforma sale a votación popular? Extraño abuso de poderes y evidente doble rasero el de los españoles a la hora de juzgar los asuntos de terceros.
Hoy lunes 3 de diciembre la prensa se congratulaba por el estrecho margen que había obtenido la negativa a la reforma de la Constitución. Según el diario El País en su edición digital del domingo, antes de conocerse los resultados, afirmaba que la baja participación habría beneficiado al “Sí”, lo cual no tendría, creo yo, mucho sentido, puesto que quienes más concienciados estaban de acudir a la votación eran los partidarios del “No”. Extraña lógica la aplicada por el periódico.
Al final ha triunfado el “No” y el presidente Hugo Chávez se ha apresurado a reconocer y felicitar el resultado, pese a ser el no deseado por él. La consulta no ha sido muy multitudinaria y la participación finalmente ha sido escasa, por lo que la reforma tendrá aún que esperar y la propuesta que vaya hacerse entonces tendrá que entusiasmar a los venezolanos, cosa que ahora no ha conseguido. Yo espero que lo logre.
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