miércoles, 11 de noviembre de 2009

Negociar el exterminio

Acuerdo militar entre España e Israel. El clientelismo del PSOE, inmerso en la estructura partitocrática, ha roto con las promesas que hiciera Zapatero en su primer discurso de investidura denunciando la necesidad de lograr un acuerdo para la creación de un Estado Palestino. Quizás por el mero interés económico o, como gusta decir a muchos, por "intereses de Estado", las promesas no se han cumplido. En este caso quizás es ahora cuando vemos las motivaciones, aunque parecen más obedecer a acuerdos políticos que de carácter meramente económico como es el caso de la que fue su otra gran reivindicación en este sentido: el Estado saharaui.

Pero hay un problema añadido en todo esto más allá de falsas promesas y por no hablar del drama humano que todo ello supone, y es que a la presidencia accedió, inicialmente al menos, con un discurso pacifista. Esto, que no se le escapa a nadie, es en efecto y ya de hecho, una más de las hipocresías a las que nos tienen acostumbrados los socialistas españoles. No hay en esta ocasión un motivo por el cual acusar a los medios de comunicación de dar cobertura mediática a las atrocidades israelíes mediante un recurso tan habitual como utilitario de la no mención de los hechos (lo cual equivale en la "sociedad de la información" a ocultarlo). No obstante, nunca está demás detenerse a mencionarlo.

Con un mínimo de información, la gente no tardaría nada en absoluto en adquirir conciencia de la situación que vive el pueblo palestino. La imagen quizás sea considerada excesivamente fuerte, pero este es el día a día de un país ocupado militarmente, no reconocido internacionalmente y obviado por los medios.

En una clase durante este curso ya pasado, un profesor de mi Universidad experto en nazismo nos preguntaba acerca del fenómeno del exterminio nazi con un interrogante: ¿Habría sido para tanto si el holocausto hubiera sido en, por ejemplo, África? Personalmente a mi cabeza vino primero una respuesta que luego fue sustituida por otra absolutamente diferente. El que se recuerden o "cuenten" más los muertos de Normandía que los del frente ruso invita a la misma reflexión, pero el que en un diario como Público (a raíz de un artículo sobre la persecución a los gitanos por un grupo radical de extrema derecha que ha adquirido la estética fascista de los años treinta) llegase a decir que primero fueron los judíos y ahora son los gitanos, dice muy poco primero del articulista y luego del conocimiento general, pues ha tenido efectivamente poca relevancia un exterminio que caminó paralelo con el holocausto y que resultó más numeroso (se estiman en más de 5 millones los gitanos muertos a falta de un conocimiento exacto de su censo poblacional), llegando a desaparecer literalmente de algunas zonas del este de Europa. Por supuesto, el que no se atienda a los 27 millones de rusos muertos (subhombres eslavos según la terminología nazi) o a los tantos millones de gitanos refuerza, claro, el mito del sufrimiento judío. Ello da cobertura mediática a las políticas del exterminio israelíes de las cuales no se hacen poco eco algunos políticos españoles como Carod Rovira (ya mencionado aquí) o quienes, como Zapatero, pasan pies juntillas por negociar parte del magnicidio.

La traslación por derecho propio del refinamiento mediático y tecnológico del exterminio llevado a cabo por los alemanes al sionismo israelí de la actualidad. Un ejemplo increíblemente elocuente de la barbarie del siglo XX en pleno XXI.

3 comentarios:

Carles dijo...

http://lacasaeuropa.blogspot.com/2009/11/los-amos-del-mundo.html

Por si t falta este dato, para entender porque el sionismo es tan adorado entre las plutocracias y sus gobiernos títeres. Salut! Carles.

Partido Obrero Nacional Socialista dijo...

si se mira las estadisticas del censo de aquella epoca en el tercer reich en los paises aliados y en las zonas ocupadas.resulta que no llegan ni a 4 millones de judios
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y el cuento del holocausto sigue dando dolares
Partido Obrero Nacional Socialista

John Cornford dijo...

Bien, yo sólo sé que se cuentan por millones, lo cual ya me parece y es en sí heavy. Por muchos dólares que dicho "cuento" genere no le quitará nadie la etiqueta de genocidio. Entiendo de sobra la argumentación viniendo de quien viene, pero yo soy declaradamente comunista y no me escondo ni trato siquiera de justificar los crímenes del estalinismo, más bien creo que hay que tratar de no caer en reduccionismos fáciles, baratos y muy bien vendibles.

Gracias por el enlace Carles, lo leeré en estos días por casa.

Salut