Artículo de Carles Muntaner, Joan Benach y María Páez Víctor publicado en SinPermiso. (Las notas al pie no se reproducen aquí, pero pueden ser consultadas en el artículo original.)
Los logros de Hugo Chávez y la revolución bolivariana
Mientras que el presidente de Venezuela Hugo Chávez está luchando por
salvar su vida en Cuba, la prensa liberal de ambos lados del Atlántico (por ejemplo
el diario “El País") no ha dejado de machacar a su gobierno. La
importancia de su reciente victoria (12 puntos por delante de su competidor),
aún no ha sido adecuadamente analizada en base a los datos y evidencias
disponibles. Es importante destacar que Chávez ha ganado estando enfermo de
cáncer, siendo crucificado por los medios de comunicación locales e
internacionales (piénsese en Syriza en las elecciones griegas) y, algo menos
conocido, en un escenario electoral extremadamente sesgado hacia las clases
media y alta, donde han existido barreras geográficas y dificultades de acceso
(al no disponer de tarjetas de identificación) para las personas de clase
trabajadora.
Uno de los factores principales de la popularidad del gobierno de
Chávez y de su aplastante victoria y reedición de resultados en octubre de
2012, ha sido la reducción de la pobreza. Este hecho ha sido posible porque el
gobierno retomó el control de la empresa petrolera nacional PDVSA, utilizando
los abundantes ingresos petroleros no para beneficio de una pequeña clase de
rentistas, como ocurrió con los gobiernos anteriores, sino para construir
infraestructuras que hacían falta e invertir en servicios sociales que los
venezolanos necesitaban con urgencia. Durante los últimos diez años, el
gobierno ha aumentado el gasto social en un 60,6%, (772.000 millones de
dólares) [1].
La pobreza no se define únicamente por la falta de ingresos así como
la salud no se define tampoco por la ausencia de enfermedad. Ambos factores
están correlacionados y ambos tienen una naturaleza multifactorial, es decir,
están determinados por un amplio conjunto de procesos sociales. Para realizar
una evaluación lo más objetiva posible de los logros reales alcanzados por la
Revolución Bolivariana de Venezuela durante los últimos 13 años, es
indispensable revisar algunos de los principales datos disponibles sobre los
determinantes sociales de la salud y la pobreza como son la educación, la
desigualdad, el empleo, los ingresos, la atención sanitaria, la seguridad
alimentaria y los servicios y protección social.
Con respecto a los indicadores sobre determinantes sociales de la
equidad en salud, Venezuela es hoy el país de la región con el nivel más bajo
de desigualdad (medida según el Coeficiente de Gini), habiendo reducido la
desigualdad en un 54% y la pobreza en un 44%. La pobreza ha pasado del 70,8%
(1996) al 21% (2010) y la pobreza extrema se redujo del 40% (1996) a un nivel
tan bajo como el 7,3% (2010). Cerca de 20 millones de personas se han
beneficiado de los programas de lucha contra la pobreza, las llamadas
"Misiones". Hasta el momento, 2,1 millones de personas mayores o
ancianas han recibido pensiones de vejez, es decir, el 66% de la población,
mientras que antes del actual gobierno sólo 387.000 personas recibieron pensiones.
La educación es un determinante clave de la salud y la pobreza donde
el gobierno bolivariano ha puesto un especial énfasis, asignando a ella más del
6% del PIB. La UNESCO ha reconocido que en Venezuela el analfabetismo ha sido
eliminado y que es el tercer país de la región cuya población en mayor medida
lee. Desde la guardería hasta la universidad, la educación es gratuita: el 72%
de los niños asisten a guarderías públicas, el 85% de los niños en edad escolar
asisten a la escuela, y hay miles de escuelas nuevas o restauradas (entre las
que se incluyen 10 nuevas universidades). Por lo que hace a la proporción de
estudiantes universitarios, el país se ubica en el segundo lugar de América
Latina y en el quinto lugar del mundo. De hecho, 1 de cada 3 venezolanos está
inscrito en algún programa educativo [2]. También es un gran logro el hecho de
que Venezuela esté ahora mismo al nivel de Finlandia como el 5º país del mundo
cuya población se siente más feliz [3].
Antes del primer gobierno de Chávez en 1998, el 21% de la población
estaba desnutrida, ahora Venezuela ha establecido una red de distribución de
alimentos subsidiados con tiendas de comestibles y supermercados. Mientras que
en 1980 se importaron el 90% de los alimentos, hoy el porcentaje es menor al
30%. La Misión Agro-Venezuela ha entregado 454.238 créditos a productores
rurales, y en el año 2012 han recibido créditos 39.000 productores rurales.
Cinco millones de venezolanos reciben comida gratis, cuatro millones de los
cuales son niños y niñas en las escuelas y 6.000 comedores alimentan a 900.000
personas. La reforma agraria y las políticas para ayudar a los productores
agrícolas han aumentado la oferta interna de alimentos. El resultado de todas
esas medidas de seguridad alimentaria es que la desnutrición es hoy tan sólo de
un 5%, y que la desnutrición infantil, que alcanzó el 7,7% en 1990, hoy es del
2,9%. Se mire como se mire, se trata de logros sociales de enorme trascendencia
para la salud de la población.
Por lo que hace a la atención sanitaria y la salud pública, algunos de
los datos más importantes son los siguientes [4], [5], [6]:
* La mortalidad infantil se redujo de 25 por 1.000 (1990) a sólo 13
por 1.000 (2010);
* Un impresionante 96% de la población tiene acceso ahora a agua
limpia (una de las metas de la revolución);
* En 1998, había 18 médicos por cada 10.000 habitantes mientras que en
la actualidad son 58 por cada 10.000, y el sistema de salud pública dispone de
95.000 médicos;
* Los gobiernos anteriores construyeron 5.081 clínicas a lo largo de
cuatro décadas, mientras que en tan sólo 13 años el Gobierno Bolivariano
construyó 13.721 (un aumento del 169,6%);
* Barrio Adentro (es decir, el programa de atención primaria que
recibe la ayuda de más de 8.300 médicos cubanos), con sus 7.000 clínicas, ha
ofrecido 500 millones de consultas y ha salvado aproximadamente 1,4 millones de
vidas;
* En el año 2011 tan sólo, 67.000 venezolanos recibieron medicamentos
gratuitos de alto costo para tratar 139 patologías como el cáncer, la
hepatitis, la osteoporosis, la esquizofrenia entre otras; en la actualidad hay
34 centros de tratamiento de adicciones;
* A lo largo de 6 años, 19.840 personas sin hogar han sido atendidas a
través de un programa especial, y prácticamente no hay niños que vivan en las
calles;
* Venezuela tiene ahora la mayor unidad de cuidados intensivos de la
región;
* Una red de farmacias públicas vende medicamentos subsidiados en 127
tiendas, realizando ahorros que estiman entre el 34-40%;
* 51.000 personas han recibido tratamiento especializado para la
visión en Cuba, y el programa de atención oftalmológica "Misión
Milagro" ha devuelto la vista a 1,5 millones de venezolanos.
Un ejemplo de cómo el gobierno ha tratado de responder de la mejor
manera posible a las necesidades reales de las personas es la situación que se
produjo en 2011, cuando las fuertes lluvias tropicales dejaron a 100.000
personas sin hogar. La población fue inmediatamente protegida en forma temporal
en todo tipo de edificios públicos y hoteles, y en sólo un año y medio el
gobierno construyó 250.000 viviendas. El gobierno obviamente no ha erradicado
todos los males sociales, pero sus habitantes se dan cuenta de que, a pesar de
las deficiencias y errores cometidos, el gobierno está a su lado y trata de
utilizar sus recursos para satisfacer sus necesidades. Como parte de este
esquema, también se encuentra la intensa participación política de la
democracia venezolana, la cual incluye 30.000 consejos comunales que determinan
las necesidades sociales y los problemas locales, permitiendo que las personas
sean los verdaderos protagonistas de los cambios que reclaman [7].
La economía venezolana tiene una baja deuda y reservas de petróleo y
de ahorro muy elevadas; sin embargo, los economistas occidentales que se oponen
al presidente Chávez repiten hasta la saciedad que la economía venezolana no es
"sostenible" y predicen su desaparición cuando los ingresos
petroleros se acaben. Curiosamente, no lanzan esas nefastas predicciones sobre
economías petroleras como Canadá o Arabia Saudita. Claro está, debido a sus
intereses ideológicos, ignoran que la reserva petrolera de Venezuela (500
millones de barriles de petróleo) es la más grande del mundo y consideran que
la inversión social de la renta petrolera, o bien es una pérdida o bien es un empeño
inútil. Sin embargo, durante estos últimos 13 años, el gobierno bolivariano ha
estado construyendo una infraestructura industrial y agrícola que 40 años de
gobiernos anteriores habían olvidado, y su economía continua siendo fuerte
incluso ante la crisis financiera global.
Un indicio de la creciente diversificación de la economía es el hecho
de que ahora el Estado obtiene casi tantos ingresos de la recaudación de
impuestos como por la venta de petróleo, ya que ha reforzado su capacidad para
la recaudación de impuestos y la redistribución de la riqueza. En tan sólo una
década, el Estado obtuvo 251.694 millones de dólares en impuestos, es decir,
más que sus ingresos anuales por el petróleo. Entre los hitos económicos de
estos últimos diez años cabe incluir la reducción del desempleo del 11,3% al
7,7%, la duplicación en el número de personas que reciben beneficios del seguro
social, el hecho de que la deuda pública se ha reducido del 20,7% al 14,3% del
PIB, y el florecimiento de cooperativas que han fortalecido a las economías
locales endógenas. Más en general, la economía venezolana ha crecido un 47,4%
en diez años, es decir, un 4,3% anual [8]. Muchos son los países europeos que
verían con envidia cifras como esas. Algunos de los economistas que durante años
han estudiado detalladamente la economía venezolana han señalado que: "Las
predicciones de colapso económico, la balanza de pagos o la crisis de la deuda
y otros pronósticos sombríos, así como muchas de las previsiones económicas
realizadas, han demostrado ser erróneas... el actual crecimiento económico de
Venezuela es sostenible y podría continuar al ritmo actual o incluso superior
durante muchos años" [9].
Según fuentes como el Global Finance y el CIA World Factbook,
la economía venezolana presenta los siguientes indicadores [10]: la tasa de
desempleo es del 8%, la deuda pública del gobierno es el 45,5% del PIB
(mientras que la de la Unión Europea es del 82,5%), y existe un crecimiento
real del PIB (el PIB per cápita es de 13.070 dólares). En el 2011, la economía
venezolana desafió a la mayoría de pronósticos con un crecimiento del 4,2%, con
un aumento del 5,6% en el primer semestre de 2012. La razón entre deuda y PIB
se halla claramente por debajo de la de los EE.UU. y el Reino Unido, y es más
sólida que la de los países europeos; la tasa de inflación, un problema
endémico durante muchas décadas, ha caído en el último trimestre del 2012 a un
mínimo del 13,7% en los últimos cuatro años. Incluso The Wall Street Journal
ha señalado que el intercambio de acciones de Venezuela es con mucho la bolsa
que mejores resultados tiene en el mundo (alcanzándose un máximo histórico en
octubre de 2012), a la vez que los bonos de Venezuela se hallan entre quienes
tienen mejores resultados en los mercados emergentes.
La victoria de Hugo Chávez ha tenido un impacto en todo el mundo
siendo reconocido por haber liderado un cambio radical, no sólo en su propio
país, sino en el conjunto de América Latina donde han sido elegidos gobiernos
progresistas que han remodelado el orden global. Su victoria fue aún más
significativa si se tiene en cuenta la enorme ayuda financiera y estratégica
que las agencias de Estados Unidos y sus aliados ofrecieron a los partidos de
la oposición y a los medios de comunicación. Desde 2002, Washington canalizó
100 millones de dólares a los grupos de oposición en Venezuela siendo
distribuidos tan sólo en este año electoral entre 40 y 50 millones de dólares
[11]. Sin embargo, el pueblo venezolano pasó por alto el aluvión de propaganda
desatada contra el presidente por unos medios de comunicación que en un 95% son
de propiedad privada y claramente anti-Chávez [12]. La ola de cambio
progresista en la región ha comenzado a construir la infraestructura para
lograr por vez primera que haya una Latinoamérica realmente independiente a
través de organizaciones que permitan su integración política y económica como
son el Banco del Sur, CELAC, ALBA, Petrosur, Petrocaribe, UNASUR, MERCOSUR y
TELESUR. Estas instituciones están mostrando al resto del mundo que en el siglo
XXI existen alternativas económicas y sociales de tipo global [13]. Siguiendo
un modelo de desarrollo diferente al del capitalismo mundial global y en fuerte
contraste con Europa, los niveles de deuda en América Latina son bajos y siguen
cayendo.
Los cambios que tienen lugar en Venezuela no son por tanto entes
abstractos o intangibles. El gobierno del presidente Chávez ha mejorado
significativamente las condiciones reales de vida de los venezolanos que se han
comprometido en un dinámico proceso de participación política a lograrlo [14].
Este nuevo modelo de desarrollo socialista ha tenido un impacto espectacular en
toda América Latina, incluyendo en los últimos tiempos a Colombia y a gobiernos
progresistas de centro-izquierda que ahora son mayoritarios en la región y que
ven en Venezuela el catalizador que ha traído más democracia, soberanía
nacional y progreso social y económico a la región [15]. Ninguna retórica
neoliberal, por masiva que ésta sea, puede negar todos esos hechos. Decenas de
expertos pueden seguir debatiendo obstinadamente hasta el fin de la historia si
la Revolución Bolivariana es o no es socialista, ya sea ésta revolucionaria o
reformista (es probable que sea ambas cosas a la vez). A final de cuentas, sin
embargo, logros tan substanciales como los señalados son innegables. Eso es lo
que enfurece a sus oponentes, tanto dentro como fuera de Venezuela y,
particularmente, a los países neocolonialistas. Un semanario
"objetivo" y "empírico" como The Economist no dará a
conocer estos datos, prefiere predecir una vez más el inminente colapso de la
economía venezolana. Por su parte, en España, el periódico El País
prefiere que Moisés Naim, uno de los diseñadores del Caracazo (la
masacre de 3.000 personas en Caracas que protestaban por las medidas de austeridad
impuestas de 1989) y ministro de Hacienda del anterior gobierno, siga
escribiendo sin pausa y de forma obsesiva contra Chávez. Sin embargo, ninguno
de ellos puede poner en duda que el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones
Unidad sitúa ya a Venezuela en el lugar número 61 de entre 176 países, habiendo
subido 7 lugares en apenas una década. Y esa es una razón más por la que la
Revolución Bolivariana de Chávez sobrevivirá al líder socialista de Venezuela.
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