lunes, 5 de diciembre de 2011

Fallece Sócrates, el futbolista socialista


Uno de los mejores centrocampistas de la historia del fútbol y de la propia selección de Brasil, en la que fue una de las principales figuras de la que se recuerda como quizás la mejor selección de la historia de dicho país. Falleció ayer, en 4 de diciembre de 2011, consecuencia de una larga enfermedad.

Médico de formación, marxista y opositor reconocido a la dictadura militar, quiso proyectar en el deporte los valores con los que se identificaba y defendía. "Para mí lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismo deberes. Una concepción del mundo sin poder", llegará a decir.

Dejo aquí el enlace a un excelente artículo de El País de ayer, donde se hace un muy buen retrato de su figura. Que la tierra te sea leve.

martes, 22 de noviembre de 2011

Si hubiera otra ley electoral. A propósito de las elecciones del 20-11-2011


Poco más cabe que decir. Las derechas no estarían gobernando y por supuesto el control sobre la principal institución encargada de la representación popular en el aparato del Estado sería mucho mayor. Por descontado, también lo sería mucho más representativo.

Cabe añadir que los más de seis millones de votantes no-PSOE/PP, han obtenido 54 escaños; el PSOE, con casi siete millones de votos, 110. Es el dato posiblemente más ilustrativo.

domingo, 6 de noviembre de 2011

El problema del bipartidismo y el "qué puedo votar"

Estas nuevas elecciones se presentan particulares, especiales. La gente va a votar con menos convicción que nunca, y todos, incluidos aquellos más militantes, no les culpan (ni pueden) por ello.

El bipartidismo hoy parece en tal contexto delirar, y expresa sus miserias y contradicciones como nunca antes lo había hecho en nuestro país. Es de creer que en algún momento este modelo se agotaría, pues además de injusto y mezquino, la misma Constitución española reconocía su carácter temporal, que se justificaba por la necesidad de gobiernos estables en un momento de cambio político profundo. No resulta sin embargo un contrasentido que esto haya ocurrido por una acentuación de factores exógenos.

La coyuntura, como digo, es menos inspiradora, de una monotonía declarada y consciente, y más desoladora que nunca. El desencanto está presente y se está manifestando. Algo bueno, no obstante, tiene esto. El nuevo gobierno, que será con absoluta seguridad otro, será enormemente controlado por la ciudadanía. Poco importará lo que haya hecho el anterior ejecutivo por perder estos comicios, el pueblo tolerará menos que nunca las expresiones que tanto florecen en el bipartidismo: "la culpa es de la mala gestión anterior". No, esto ya no servirá, porque la gente demandará soluciones y renegará de las excusas. No por gusto sino por desesperación. El futuro gobierno será con probabilidad el más controlado 'desde la calle' de esta democracia.

El panorama, por ende, se presenta potencialmente interesante tras la fecha. Algo hay de malo o muy malo: la más que probable mayoría absoluta que seguramente obtendrá el Partido Popular. No lo digo ya porque se trate de éste -que por supuesto también- sino porque en este momento lo que más convendría sería la manifestación del debate, siquiera para revitalizar la vida pública nacional. Algo, por cierto, difícil de conseguir, pues languidece. Parece difícil imaginar un contexto futuro sin cambios en el organigrama, y pienso que muy pocos de los que los ansían y necesitan se conformen con parches.

En un artículo reciente, Isaac Rosa llamaba la atención sobre el hecho de que un partido en el que son muy pocos los que creen y muchos quienes están convencidos que pueda remediar nada, pueda sacar una de las mayorías más abismales de la historia reciente; lo mismo para un partido absolutamente desacreditado y desaprobado pueda obtener en torno a los 120 escaños.

Quizás será interesante comprobar cómo va aumentando el número de votantes a partidos no mayoritarios ("PPSOE"), lo cual hará aumentar la indignación en torno al tinglado electoralista, y serán demandadas reformas. Es muy probable que, paradójicamente, aumente la democracia formal al tiempo que será mermada la real, al seguir eliminando derechos al pueblo.

Me preguntan algunos qué se puede votar y sinceramente no puedo contestar con exactitud por muy claro que tenga mi voto. Son muchos quienes anteponen no sentirse identificados con una tal fuerza política. Y respondo que no me parece cuestión de absoluta importancia. Por algún motivo, desarrollamos esta necesidad dentro del contexto de la democracia partidista, de la partitocracia.

Es un lugar común sugerir mirar los programas políticos. Sigue siendo recomendable hacerlo. Un consejo y sólo uno. Para dirimir su voto: cualquiera sea lo que se vote, habría de ser necesariamente LO OPUESTO, esto es, para quien SE OPONGA a las políticas económicas y sociopolíticas que han traído la crisis y que impiden el libre desarrollo de la expresión ciudadana en su oposición a las mismas, además de su incidencia. Y de esto hay un buen abanico a elegir.

domingo, 23 de octubre de 2011

El fin de ETA y la salida política al conflicto

ETA ha anunciado recientemente su intención de cesar, de forma definitiva, la lucha armada. La sociedad respira aliviada al tiempo que desconfía de la banda, que ya anteriormente había realizado anuncios similares con el fin de ganar tiempo para recomponerse. Sin embargo, este parece ser sincero y ahora, como suele decirse, la pelota está en el tejado del Estado, que debe dar el siguiente paso. En este sentido, la decisión que se tome puede marcar el comienzo efectivo del fin de ETA o suponer una ruptura más de este lento proceso.

Ocurren en el horizonte inmediato varios problemas arrastrados del oportunismo político de que los grandes partidos (muy especialmente el Popular) han hecho valer durante muchas décadas, hasta formar parte de su Ser político. Un ámbito más abstracto, el discursivo, está entorpeciendo la correcta conceptualización de la solución, pues no permite tomar la suficiente distancia del problema para aprehenderlo.

El PSOE, por boca del presidente del gobierno, J. L. Rodríguez Zapatero, declaró recientemente, a modo de valoración del mencionado anuncio de ETA, que en adelante "la nuestra será una democracia sin terrorismo, pero no sin memoria", y aludió a la necesidad de honrar y recordar por igual a cada una de las 829 víctimas mortales del terrorismo etarra.

Dos problemas elementales: 1) La no diferenciación de víctimas conlleva la no diferenciación de etapas dentro de la organización, nacida en los años sesenta. Lo cual no tiene ningún sentido y no ayuda a dicha conceptualización; 2) Se niega, como era de esperar, la parte que le toca a la responsabilidad del Estado, que practicó el terrorismo y cuyo régimen penitenciario para con cualquiera que se le atribuyan delitos de esta naturaleza violenta derechos elementales que habrían de tener.

El problema de los presos sería el que, esencialmente, engloba este segundo punto, y la cuestión es increíblemente sensible en el País Vasco. Del primero, simplemente señalar algunas de las primeras víctimas de ETA: Melitón Manzanas y Carrero Blanco. El primero, insigne torturador franquista que en 1998 fuera condecorado post morten por el que entonces fuera ministro del interior del gobierno del PP, Jaime Mayor Oreja. No sólo no es de lamentar su muerte, sino que habría de, como mínimo, ser objeto no de juicio y sí de contextualización. Esto como poco. El "torturador de San Sebastián" no puede tener la misma consideración que cualquier otra víctima, pues es claro que no se trataba de una cualquiera; quien a hierro mata, a hierro muere. Por su parte, la muerte de Carrero Blanco forma parte indivisible del fin de la dictadura; en no poco este atentado habría de ser reconocido por cualquier demócrata como parte del proceso de disolución del régimen dictatorial. No diferenciar entre víctimas no ayuda a la memoria que aludiera el presidente, y confunde términos.

Con el fin de la dictadura franquista, se abrió un debate en el seno de la organización, y se produjeron escisiones. Para algunos, ya no había motivo para seguir la vía armada, y abogaron por una solución política.

La estrategia seguida por el Estado en el fin del terrorismo etarra no puede omitir esto. Ésta ha sido una política de hostigamiento perpetuo que, entre otras, tuvo como consecuencia lógica pero buscada, la negación de la salida política al conflicto. Esto es algo en lo que históricamente coincidieron PP y PSOE, con una agresividad discursiva para con el asunto del terrorismo que sobrevolaba el campo del populismo, y les proporcionó un enorme rédito político, al tiempo que desviaba la atención de otras cuestiones de preocupación más cotidiana. Ahora se está viendo el problema de vivir sin ETA para el PP.

Otras organizaciones políticas, como es el caso de Izquierda Unida, denunciaron en su día la ilegalización de Herri Batasuna (que tenía en torno al 10% de los votos en el País Vasco, que suponían unas 200 mil personas), abogaron siempre por la vía política al conflicto. El éxito electoral de Bildu puso en duda la unidireccionalidad de la política seguida por PP y PSOE, guiada por el hostigamiento militar a ETA.

No sólo esto. Hoy aparece una noticia en El País en la que se reconoce la decisión de la banda como consecuencia del éxito electoral de Bildu. ¿Cómo encaja esto en el discurso de confrontación de los dos grandes partidos hegemónicos? Difícilmente o, sin más, no lo hace, pero evidencia, cuanto menos, que la política seguida hasta la fecha pudo no haber sido infalible.

Se dice que se ha llegado a este punto por su agotamiento militar, y esto puede ser parcialmente cierto. Una cosa es segura, todo conflicto tiene un trasfondo político, y debe permitirse que sea desarrollado. Lo que ha terminado (aparentemente) es la vía armada, pero queda aún por resolver precisamente la parte política, que llevará años. Quién sabe si este día, con muchas menos dosis de confrontación y pulsos de fuerza, habría llegado antes.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Žižek en Occupy Wall Street


 En el crack de 2008 se destruyó más propiedad privada, conseguida con gran esfuerzo, que si todos los presentes se pusieran a destruir día y noche durante semanas. Nos dicen que somos soñadores. Los verdaderos soñadores son aquellos que piensan que las cosas seguirán siendo como son indefinidamente. Nosotros no somos soñadores, sino los que estamos despertando de un sueño que se ha convertido en pesadilla. No estamos destruyendo nada, sino siendo testigos de cómo el sistema se destruye a sí mismo.

Todos hemos visto la clásica escena de los dibujos animados en la que un coche se acerca a un precipicio y sigue rodando ignorando que está sobre el vacío, y sólo cae cuando el conductor mira hacia abajo y se da cuenta de ello. Esto es lo que estamos haciendo aquí. Estamos diciendo a los chicos de Wall Street “¡eh, mirad abajo!”. 

En abril de 2011 el gobierno chino prohibió que apareciesen en TV, películas o novelas todas aquellas historias que hiciesen referencia a realidades alternativas o viajes en el tiempo. Esta es una buena señal para China, puesto que significa que la gente aún sueña con alternativas, así que hay que prohibir este sueño. Aquí no se piensa prohibir nada de eso, porque el sistema en el poder incluso ha suprimido nuestra capacidad para soñar. Fijaos en las películas que vemos todo el tiempo. Es fácil imaginar el fin del mundo, un asteroide que destruya el planeta y ese tipo de cosas. Pero no se puede imaginar el fin del capitalismo. Así que, qué es lo que hacemos aquí? Dejadme que os cuente un viejo chiste muy bueno de los tiempos del comunismo… 

Un tipo de Alemania del Este fue enviado a trabajar en Siberia. Sabía que su correo sería supervisado por los censores, así que propuso a sus amigos establecer un código. Si la carta que enviase estaba escrita con tinta azul, entonces lo que en ella se dijera sería cierto y si estaba escrita con tinta roja sería falso. Transcurrido un mes sus amigos recibieron su primera carta. Estaba escrita por entero en azul y decía: todo es maravilloso aquí. Las tiendas están repletas de buena comida. Los cines pasan buenas películas occidentales. Los apartamentos son grandes y lujosos. La única cosa que no se puede comprar es tinta roja.

Así es como vivimos. Tenemos todas las libertades que queremos, pero nos falta tinta roja, el lenguaje con el que expresar nuestra no-libertad. La manera en que se nos enseña a hablar acerca de la libertad, la guerra, el terrorismo y demás falsifica la libertad. Y esto es lo que estáis haciendo aquí: nos estáis dando tinta roja a todos. 

Pero hay un peligro. No os enamoréis de vosotros mismos. Lo estamos pasando bien aquí, pero recordad: los carnavales son baratos, lo que importa es el día siguiente. Cuando volvamos a nuestra vida normal, habrá cambios entonces? No quiero que alguna vez recordéis estos días como, “oh, éramos jóvenes y fue muy bonito”. Tened en cuenta cual es nuestro mensaje fundamental: que tenemos derecho a pensar alternativas. La regla se ha roto. No vivimos en el mejor de los mundos posibles, pero hay un largo camino por delante. Nos enfrentamos a cuestiones ciertamente difíciles. Sabemos lo que no queremos, pero, ¿sabemos lo que queremos? ¿Qué organización social puede reemplazar al capitalismo? ¿Qué nuevo tipo de líderes queremos? 

Recordad: el problema no es la corrupción o la codicia. El problema es el sistema que os empuja a rendiros. Estad atentos no sólo a los enemigos, sino a los falsos amigos que ya están actuando para diluir este proceso. De la misma manera en que os dan café sin cafeína, cerveza sin alcohol o helado sin nata, tratarán de convertir esto en una protesta moral inofensiva. 

La razón por la que estamos aquí es que estamos hartos del mundo que recicla latas de Coca-Cola, del mundo del capuccino Starbucks, del mundo que destina un 1% de la riqueza a los niños que pasan hambre. Ya no es suficiente para que estemos a gusto, después de que se hayan subcontratado la guerra y la tortura e incluso después de que las agencias matrimoniales subcontraten a diario hasta nuestra vida amorosa. 

Podemos ver que durante un largo tiempo permitimos que nuestro compromiso político también fuera subcontratado. Lo queremos recuperar. No somos comunistas. Si el comunismo significa el sistema que colapsó en 1990, recordad que hoy esos comunistas son los capitalistas más eficientes y desarraigados. En China hoy tenemos un capitalismo que es aun más dinámico que vuestro capitalismo americano pero que no necesita democracia. Esto significa que cuando critiquéis el capitalismo, no os permitáis que os chantajeen con la idea de que estáis en contra de la democracia. El matrimonio entre la democracia y el capitalismo se ha acabado. 

El cambio es posible. Así que, ¿qué es lo que consideramos posible hoy? Sólo hace falta seguir los medios. Por un lado, en lo que respecta a tecnología y sexualidad, todo parece ser posible. Puedes viajar a la luna. Puedes ser inmortal con la ayuda de la biogenética. Puedes tener relaciones sexuales con animales o lo que sea. Pero mirad el campo de la sociedad y de la economía. En ambos, casi todo se considera imposible. Quieres subir un poco los impuestos para los ricos, te dirán que es imposible, perdemos competitividad. Quieres más dinero para sanidad: te dicen, imposible; esto significa un estado totalitario. Algo falla en un mundo donde se te promete la inmortalidad pero en donde no se puede gastar un poco más para sanidad. Puede que debamos marcar nuestras prioridades directamente aquí. No queremos niveles de vida más altos. Queremos niveles de vida mejores. El único sentido en el que somos comunistas radica en que nos importan los bienes comunes. El bien común de la naturaleza. El bien común de lo que es privatizado por la ley de propiedad intelectual. El bien común de la biogenética. Por esto y sólo por esto debemos luchar. 

El comunismo fracasó absolutamente. Pero los problemas de los bienes comunes están aquí. Te están diciendo que aquí no somos americanos. Pero los fundamentalistas conservadores que reivindican ser verdaderamente americanos, necesitan que se les recuerde algo. ¿Qué es el cristianismo? Es el Espíritu Santo. ¿Qué es el espíritu Santo? Es una comunidad igualitaria de creyentes que están conectados por el amor mutuo y que sólo tienen su propia libertad y responsabilidad para hacerlo. En este sentido el Espíritu Santo está aquí ahora. Y allí en Wall Street hay paganos que están adorando ídolos blasfemos. Así que sólo necesitamos paciencia. Lo único que me atemoriza es que un día nos vayamos simplemente a casa y después nos reunamos una vez al año, tomando una cerveza y recordando nostálgicamente el buen rato que pasamos aquí. Prometámonos que este no será el caso.

Sabemos que las personas a menudo desean algo pero no lo quieren realmente. No tengáis miedo a querer realmente lo que deseáis. ¡Muchas gracias!

martes, 4 de octubre de 2011

La revolución proletaria marcha contra Mickey, el opresor capitalista

Vino a ocupar su puesto [el del régimen feudal] la libre concurrencia, con la constitución política y social a ella adecuada, en la que se revelaba ya la hegemonía económica y política de la clase burguesa.

Pues bien: ante nuestros ojos se desarrolla hoy un espectáculo semejante. Las condiciones de producción y de cambio de la burguesía, el régimen burgués de la propiedad, la moderna sociedad burguesa, que ha sabido hacer brotar como por encanto tan fabulosos medios de producción y de transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los espíritus subterráneos que conjuró.

K. Marx y F . Engels, "Burgueses y proletarios" (fragmento), de El Manifiesto Comunista.

Casi parece redactado ex profeso para esta clásica y magnífica escena, si no fuera por su imposibilidad debido a que el texto fue elaborado muchos años antes y para un cometido bien distinto. El contrario tiene, si cabe, menos sentido aún, dado el reaccionarismo manifiesto y el anticomunismo muchas veces manifestado por su creador, Walt Disney. Concretemos que a éste, por accidente, le quedó una animación bien marxista que por supuesto -cómo no-, tiene múltiples lecturas. Una es ésta, en lo que supone una hermosa metáfora de la contradicción capitalista. Superproducción conjugada con la rebelión en contra de la explotación a que los productores estaban sometidos.


domingo, 18 de septiembre de 2011

Nos dejó Manolín, un imprescindible


El pasado viernes 16 de septiembre de 2011, moría Manolín, conocido como "el de Llorío". En esta pequeña localidad asturiana, que en 1936 era conocida como "la pequeña Rusia", nacía Manolín en 1918. Afiliado al Partido Comunista, participó en la revolución de octubre de 1934 de Asturias, y en 18 de julio de 1936, esperaba en el local del PCE de Laviana instrucciones para contrarrestar el golpe de los militares a la democracia republicana.

Luchará en el País Vasco hasta su caída, participará en la batalla de El Mazucu, en la que sería la ultima linea de defensa planteada por "el Gobiernin" (órgano paralelo al gobierno republicano una vez quedo Asturias aislada por la guerra del resto de la zona democrática, y en el que estarían presentes todos los grupos fieles a la República). En dicha batalla, 5.000 milicianos se verán obligados a hacer frente a fuerzas diez veces superiores, y resistirán tres semanas. Caído el frente norte tras la toma de Gijón, Manolín se irá al monte, donde vivirá por más de siete años, hasta que fuera herido en combate y apresado en 1945.

Tres veces condenado a muerte, vivirá durante dos décadas de cárcel en cárcel. Será concejal por el Partido Comunista en el Ayuntamiento de Laviana con la restauración de la democracia tras la muerte del dictador.

El cuadro general es telegráfico y desde luego no completa en nada su intensa vida, dedicada a la justicia social, que entendía como inherente a la democracia. El portavoz de Izquierda Unida (coalición a la que pertenece el PCE) en el Congreso, Gaspar Llamazares se refirió a él como un "héroe de la democracia", reseñando que en cualquier otro país de la Europa occidental sería considerado un "héroe de la resistencia".

Su última voluntad fue que sus cenizas fuesen esparcidas por los montes de Asturias, que tanto amó y en los que tanto padeció, luchando en la defensa de la democracia desde sus firmes creencias comunistas, que nunca abandonó.

El pasado sábado era despedido de esta forma por sus camaradas, pero no sólo por ellos, pues el reconocimiento a su persona es parte del sentir colectivo del pueblo lavianés.


Un imprescindible nos ha dejado y toda la cuenca asturiana está de luto por Manolín. Sin ningún tipo de heroísmo o mistificación, contaba su vida. "Y aquí en Asturias, nos vencieron chico".


viernes, 2 de septiembre de 2011

Libia o el mea culpa de los que apoyaran la guerra humanitaria

Todavía no sabemos qué ocurrirá en Libia con Gadafi en paradero desconocido, pero todo parece indicar que si, que habrá finalmente un cambio de régimen. Los que se opusieron a la intervención militar hace ya tiempo que están desencantados. En realidad desde que comenzaron las operaciones, ni mas ni menos. Esto, que es una perogrullada, suena a ridiculez, precisamente por lo necesario de la aclaración. Escasos han sido quienes defendían el régimen libio anterior, y presumiblemente mas numerosos serán los que se verán en buena medida forzados a justificar el nuevo.

La embriagadora esencia romántica del mito revolucionario: acabar con la tiranía por medio de la (necesaria) lucha armada. El sacrificio del pueblo que, unido, vence a sus enemigos. Este atrayente narrativo se da de bruces con la realidad que todos los anteriormente aludidos pretendieron dejar en un segundo plano -como si careciese de importancia- o, premeditadamente, obviaron. Esto no ha sido una revolución. Y no lo ha sido porque el pueblo, en su conjunto, no fue el ente revolucionario que se levanto contra la tiranía. Sin saber aun hoy demasiado de los rebeldes, éstos contaron con la inestimable y absolutamente imprescindible ayuda militar del mayor ejército imperial que la historia haya conocido: la OTAN. Y ahora la ayuda la hay que pagar.

Este es, de hecho, el punto clave de toda la cuestión, o al menos el que aquí nos planteamos desde el primer momento: la imposibilidad de ser independiente un pueblo que en lo sucesivo dependerá mas que nunca del exterior. Ahora, cuando ya parece que ha pasado todo, están saliendo algunas cosas a la luz. Que Francia, uno de los mas empeñados en ayudar a los rebeldes, recibirá el 35% de los nuevos contratos energéticos; que China había invertido en los últimos años alrededor de 13.500 millones de euros en Libia y ahora todo parece indicar que sera marginada del botín, incluso ya que ha reconocido al CNT; o que existía un plan ya desde 2007 de invadir 7 países árabes en 5 años, según había desvelado por aquel entonces el general Wesley Clark.

Libia parece que ya no tiene dictador. Parece, pero al menos de momento esta por ver si será reflejada la voluntad popular. En cualquier caso, será de celebrar, qué duda cabe, la implantación de las libertades civiles en ese país. Esto es algo que todos celebramos, pero que no todos compartimos los medios, incluso si son para alcanzar gloriosos fines. Atrás (?) queda un conflicto armado que esta por ver que ahí se quede, pues ya comienzan las represalias a los vencidos, que ha dejado un saldo de miles de muertos, como suele ocurrir, en abrumadora mayoría civiles. Hasta suena irónico que muchos de éstos hayan sido causados por los bombardeos de la OTAN.

La operación fue altamente irregular en su comienzo, dudosa en tanto su planteamiento e injustificada en cuanto que sus motivaciones, que pasaron por ser de ética universal pero que sirvieron unicamente para este caso especifico. Para ningun otro, ni tan siquiera para los que resultaban mucho más sangrantes y que siguen trayendo cola (léase Siria).

Francamente, me gustaría poderle reconocer a alguno de aquellos abyectos entusiastas de las "guerras humanitarias" que, al menos a posteriori, es capaz de entonar un mea culpa.

lunes, 18 de julio de 2011

1936

1936

Recuérdalo tú y recuérdalo a otros,
cuando asqueados de la bajeza humana,
cuando iracundos de la dureza humana:
Este hombre solo, este acto solo, esta fe sola.
Recuérdalo tú y recuérdalo a otros.

En 1961 y en ciudad extraña,
más de un cuarto de siglo
después. Trivial la circunstancia,
forzado tú a pública lectura,
por ella con aquel hombre conversaste:
Un antiguo soldado
en la Brigada Lincoln.

Veinticinco años hace, este hombre,
sin conocer tu tierra, para él lejana
y extraña toda, escogió ir a ella
y en ella, si la ocasión llegaba, decidió apostar su vida,
juzgando que la causa allá puesta al tablero
entonces, digna era
de luchar por la fe que su vida llenaba.

Que aquella causa aparezca perdida,
nada importa;
Que tantos otros, pretendiendo fe en ella
sólo atendieran a ellos mismos,
importa menos.
Lo que importa y nos basta es la fe de uno.

Por eso otra vez hoy la causa te aparece
como en aquellos días:
noble y tan digna de luchar por ella.
Y su fe, la fe aquella, él la ha mantenido
a través de los años, la derrota,
cuando todo parece traicionarla.
Mas esa fe, te dices, es lo que sólo importa.

Gracias, compañero, gracias
por el ejemplo. Gracias por que me dices
que el hombre es noble.
Nada importa que tan pocos lo sean:
Uno, uno tan sólo basta
como testigo irrefutable
de toda la nobleza humana.

LUIS CERNUDA

viernes, 1 de julio de 2011

La asfixia del pueblo, el aire de los mercados

Estamos asistiendo in situ al paradigma de la perversión del capitalismo. Una crisis mundial que, igual que la que está sufriendo Grecia, ha sido provocada por otros. Sus responsables son de sobra conocidos y hasta en algún caso, como el del presidente del Banco Santander, Emilio Botín, incluso se jactan de ello. Pero quienes la están sufriendo y la sufrirán mucho más intensamente será el habitual perdedor de la historia: el pueblo.

En estos días se aprobaba en el Parlamento griego un paquete de medidas que no se limitan únicamente a un sentido 'impopular' sino que trasciende al de anti-popular. Lo que aquí podría deducirse es de dónde, en una supuesta democracia como la que se presupone es la griega, una cámara de "representantes" (elegidos con un sufragio del 44% en un país en el que por Ley es OBLIGATORIO acudir a votar) salidos de no se sabe muy bien cuál criterio dado el contexto circunstancial en que se han producido las elecciones, pues se prestaba poco a la fría reflexión, ha extraído la legitimidad con la que votar unas medidas impuestas desde fuera de Grecia. Y ello sin que estuviera, ni tan siquiera implícitamente, redactado en los programas electorales de los que han ejecutado las órdenes foráneas.

Esto, señores, es violencia en estado puro, y su despotismo tiene poco que envidiar al de los peores regímenes autoritarios. El Parlamento griego ha aprobado en los pasados días medidas como las siguientes: alza del impuesto sobre la propiedad, que llega tarde y mal; subida del IVA para hostelería del 13 al 23% de forma directa, que a un nivel general pasará, en tres tramos, del 5'5 al 23%; los salarios del funcionariado se verán rebajados en un 15% y los de los empleados públicos, en el doble (lo que representa casi un tercio); será recortada una cuarta parte de las contrataciones públicas (150.000 empleos) y "cerrados o fusionados" 1.976 colegios. El gasto e inversión sanitarios serán reducido. Los criterios para conseguir un subsidio público serán endurecidos, en uno de los tres países de la UE-15 con menos prestaciones sociales (los otros son España y Portugal). La edad de jubilación será incrementada (la cual era menor que en España) y aumentarán los años obligados de cotización (40 para tener derecho al 100% de la pensión, que es de suponer no debe ser muy alta). Se privatizarán, total o parcialmente, las loterías, telefonía y el Postbank de los dos mayores puertos del país (El Pireo y el puerto de Thessalonika), y "en los próximos años" será vendida la gestión de aguas de Atenas, la refinería estatal, los aeropuertos y las autopistas, esperando recaudar cifras absurdamente optimistas en un país que está en quiebra y debe vender a la baja obligado por el pago de deudas, principalmente contraídas con la banca alemana. 

El anuncio de tan polémica aprobación alegraba ayer a los mercados, y las bolsas cerraron al alza. Cabría preguntarse entonces, cuál es el fundamento de legitimación del gobierno griego. Como dijo el presidente Zapatero tras una apretada votación para sacar adelante la reforma (REGRESIVA) de la negociación colectiva, "Para eso está el Parlamento, es la grandeza de la democracia". Es magnífico el orgullo de quien, como en Grecia, se dice socialista y apela a las instituciones supuestamente democráticas al momento de legislar contra el pueblo. 

No sé si esto YA NO ES una democracia, pero desde luego cada vez se le parece menos.

viernes, 17 de junio de 2011

¿Violencia? ¿Cuál? ¿De quién?

Perdón, sí que se vio una, aunque mucho menos explícita, más dura y reaccionaria que la de los acampados. Fue, por supuesto, de puertas para adentro; afuera, mientras, poca cosa puede decirse en términos de 'violencia': escupitajos, zarandeos, insultos de todo tipo y gusto, dicen que arrojamiento de pintura, de agua, etc. Especialmente poética e inspiradora, por original, resultó la metafórica cáscara de plátano que le lanzaron a un no-comunista (no sé si 'anti', pero desde luego aupado en no poco por PCC y PSUC), Joan Herrera, etiquetado políticamente como 'ecosocialista'.

"Yo estuve allí", como suele decirse, y desde luego la opinión de la piraña mediática se corresponde muy poco con la mía propia. La contaminación, parcialidad informativa y labor propagandística orientada en la dirección de los intereses del status quo por parte de los media es muy esperable. Casi predecible. Pero hace daño aparentemente. Se está hablando de "quiebra" o "ruptura" en el movimiento, provocada por dos (supuestas) grandes tendencias: los 'violentos' y los 'no-violentos'.

Las puntualizaciones pueden ser muchas, pero por llevarlo a un ámbito más abstracto, la división podría ser (en un sentido exactamente invertido) entre violentos-funcionalistas y no-violentos-marxistas. 

Más allá de la identificación individual que haga cada uno, existen dos grandes corrientes en lo que a concepción de la violencia respecta. Los primeros entienden como legítima la característica que Max Weber atribuía al Estado moderno: la exclusividad en el empleo de la violencia. De esta forma, es el Estado quien posee la 'razón' de uso de los instrumentos de coerción, así como de represión. La contraposición con la segunda es frontal. Así, desde una perspectiva marxista de la violencia, ésta puede manifestarse no sólo mediante el uso 'explícito' de la fuerza, sino por medio de leyes y universos normativos. Y por supuesto estructurales.

Lo más lamentable de los hechos de los días 14-15 es la posición de quienes, dentro del movimiento o en su órbita, han condenado la parte violenta de los "indignados" siguiendo el discurso moralista y moralizante dado por los medios, por considerar tales actos como "ilegítimos" dentro del propio movimiento.

Y ahora bien, ¿qué es lo legítimo; qué lo establece? Se está manejando una determinada (y muy interesada) interpretación de lo que es violento y lo que no. Dado que es un problema de hegemonía pura (quien controla los medios posee preeminencia de discurso), lo que debe hacerse es condenar la manipulación informativa y reivindicar unas acciones que buscaban sabotear una votación en extremo violenta: los recortes presupuestarios en el Parlament catalán. Su sola propuesta atenta directamente contra la soberanía popular, que ha sido sustraída por la voluntad de los mercados. 

Eso es ilimitadamente más violento y quienes se hayen a este lado de la barricada no habrían de olvidarlo.

sábado, 28 de mayo de 2011

Propuestas aprobadas en la asamblea de Sol

Hola, estas son las propuestas aprobadas en la asamblea de la protesta de Sol. Difícilmente se oirán en los medios y la página web no para de caerse así que está bien difundirlas por email.
Haced un esfuerzo por leerlas!!

Estas son algunas de las medidas que, en cuanto ciudadanos, consideramos esenciales para la regeneración de nuestro sistema político y económico. ¡Opina sobre las mismas y propón las tuyas en el foro!

1. ELIMINACIÓN DE LOS PRIVILEGIOS DE LA CLASE POLÍTICA:

o Control estricto del absentismo de los cargos electos en sus respectivos puestos. Sanciones específicas por dejación de funciones.

o Supresión de los privilegios en el pago de impuestos, los años de cotización y el monto de las pensiones. Equiparación del salario de los representantes electos al salario medio español más las dietas necesarias indispensables para el ejercicio de sus funciones.

o Eliminación de la inmunidad asociada al cargo. Imprescriptibilidad de los delitos de corrupción.

o Publicación obligatoria del patrimonio de todos los cargos públicos.

o Reducción de los cargos de libre designación.


2. CONTRA EL DESEMPLEO:

o Reparto del trabajo fomentando las reducciones de jornada y la conciliación laboral hasta acabar con el desempleo estructural (es decir, hasta que el desempleo descienda por debajo del 5%).

o Jubilación a los 65 y ningún aumento de la edad de jubilación hasta acabar con el desempleo juvenil.

o Bonificaciones para aquellas empresas con menos de un 10% de contratación temporal.

o Seguridad en el empleo: imposibilidad de despidos colectivos o por causas objetivas en las grandes empresas mientras haya beneficios, fiscalización a las grandes empresas para asegurar que no cubren con trabajadores temporales empleos que podrían ser fijos.

o Restablecimiento del subsidio de 426€ para todos los parados de larga duración.

3. DERECHO A LA VIVIENDA:

o Expropiación por el Estado de las viviendas construidas en stock que no se han vendido para colocarlas en el mercado en régimen de alquiler protegido.

o Ayudas al alquiler para jóvenes y todas aquellas personas de bajos recursos.

o Que se permita la dación en pago de las viviendas para cancelar las hipotecas.


4. SERVICIOS PÚBLICOS DE CALIDAD:

o Supresión de gastos inútiles en las Administraciones Públicas y establecimiento de un control independiente de presupuestos y gastos.

o Contratación de personal sanitario hasta acabar con las listas de espera.

o Contratación de profesorado para garantizar la ratio de alumnos por aula, los grupos de desdoble y los grupos de apoyo.

o Reducción del coste de matrícula en toda la educación universitaria, equiparando el precio de los posgrados al de los grados.

o Financiación pública de la investigación para garantizar su independencia.

o Transporte público barato, de calidad y ecológicamente sostenible: restablecimiento de los trenes que se están sustituyendo por el AVE con los precios originarios, abaratamiento de los abonos de transporte, restricción del tráfico rodado privado en el centro de las ciudades, construcción de carriles bici.

o Recursos sociales locales: aplicación efectiva de la Ley de Dependencia, redes de cuidadores locales municipales, servicios locales de mediación y tutelaje.


5. CONTROL DE LAS ENTIDADES BANCARIAS:

o Prohibición de cualquier tipo de rescate o inyección de capital a entidades bancarias: aquellas entidades en dificultades deben quebrar o ser nacionalizadas para constituir una banca pública bajo control social.

o Elevación de los impuestos a la banca de manera directamente proporcional al gasto social ocasionado por la crisis generada por su mala gestión.

o Devolución a las arcas públicas por parte de los bancos de todo capital público aportado.

o Prohibición de inversión de bancos españoles en paraísos fiscales.

o Regulación de sanciones a los movimientos especulativos y a la mala praxis bancaria.

6. FISCALIDAD:

o Aumento del tipo impositivo a las grandes fortunas y entidades bancarias.

o Eliminación de las SICAV.

o Recuperación del Impuesto sobre el Patrimonio.

o Control real y efectivo del fraude fiscal y de la fuga de capitales a paraísos fiscales.

o Promoción a nivel internacional de la adopción de una tasa a las transacciones internacionales (tasa Tobin).


7. LIBERTADES CIUDADANAS Y DEMOCRACIA PARTICIPATIVA:

o No al control de Internet. Abolición de la Ley Sinde.

o Protección de la libertad de información y del periodismo de investigación.

o Referéndums obligatorios y vinculantes para las cuestiones de gran calado que modifican las condiciones de vida de los ciudadanos.

o Referéndums obligatorios para toda introducción de medidas dictadas desde la Unión Europea.

o Modificación de la Ley Electoral para garantizar un sistema auténticamente representativo y proporcional que no discrimine a ninguna fuerza política ni voluntad social, donde el voto en blanco y el voto nulo también tengan su representación en el legislativo.

o Independencia del Poder Judicial: reforma de la figura del Ministerio Fiscal para garantizar su independencia, no al nombramiento de miembros del Tribunal Constitucional y del Consejo General del Poder Judicial por parte del Poder Ejecutivo.

o Establecimiento de mecanismos efectivos que garanticen la democracia interna en los partidos políticos.


8. REDUCCIÓN DEL GASTO MILITAR

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ELIMINAR EL SENADO.

NORUEGA, SUECIA, DINAMARCA, NO TIENEN SENADO, ALEMANIA SOLO 100 SENADORES y EE.UU. UN SENADOR POR CADA ESTADO.

LOS GRANDES TEÓRICOS DEL DERECHO INTERNACIONAL Y CONSTITUCIONAL OPINAN QUE ES UNA CÁMARA INNECESARIA, PRESCINDIBLE Y QUE ESTÁ EN EXTINCIÓN, ¿ENTONCES POR QUÉ TENEMOS QUE MANTENER A 260 SENADORES?

DE ESTA FORMA AHORRAREMOS 3.500 MILLONES DE EUROS CADA AÑO.

ELIMINAR LA PENSIÓN VITALICIA DE TODOS LOS DIPUTADOS, SENADORES Y DEMÁS

"PADRES DE LA PATRIA".

ELIMINAR A TODOS los diplomáticos excepto un embajador y un cónsul en cada país. No es posible que gastemos en esto más que Alemania y el Reino Unido).

Con eso, y con rebajar un 30% las partidas 4, 6 y 7 de los PRESUPUESTOS GENERALES DEL

ESTADO (transferencias a sindicatos, partidos políticos, fundaciones opacas y varios), se ahorrarían más de 45.000 millones de Euros y no haría falta tocar las pensiones ni los sueldos de los funcionarios, como tampoco haría falta recortar 6.000 millones de Euros en inversión pública.

CON LA MITAD DEL DINERO QUE EL ESTADO SE AHORRARÍA CON ESTAS MEDIDAS,
SE ACABARÍA LA CRISIS EN ESPAÑA

Por el cambio de la ley electoral, y por una democracia participativa de verdad, donde nuestra opinión, la de los ciudadanos, sea lo que gobierne, no una papeleta cada cuatro años y que hagan con ella lo que quieran sin dar cuentas ni explicaciones.

Por el cambio de la ley electoral, y por una democracia participativa de verdad ¡Espabilemos de una vez! ¡No sigamos dormidos y aletargados!

sábado, 21 de mayo de 2011

La REFLEXIÓN se hace sobre el programa

Quisiera partir de una premisa innegable. Algo ha hecho mal Izquierda Unida para que la gente que protesta a través de la plataforma sin adscripción política ¡Democracia Real Ya!, mucho antes de comenzar a protestar, no hubiera contemplado esta opción como medio de consecución de los ansiados cambios que se están solicitando.

Por supuesto, las demandas de la ciudadanía pivotan —quizás en mayor grado que ninguna otra— en torno a los vicios que el bipartidismo ha generado, véanse la corrupción y el clientelismo político por encima de los intereses de la ciudadanía. ¿Podría significar esto que no hay que votar? En absoluto, y el lema burda y deshonestamente manipulado por los medios del «No les votes», lo ejemplifica de un modo espléndido. Esto y no otra cosa es lo que explica que en su manifiesto la asimilación hacia los dos grandes partidos se haya hecho mediante la uniformidad de siglas: «PPSOE», que en Cataluña se han hecho extensivas a CIU.

Dicho esto, invito a cualquiera a echar una ojeada a los programas políticos de los partidos —también de los dos mayoritarios—, siempre que existan las dudas acerca de a quién —o quiénes— votar. Se entiende a su vez que la inexistencia de dudas viene dada por el conocimiento al programa o, en última instancia, a la idiosincrasia de la organización de que emana. La letra es lo tangible y el programa es el contrato de compromiso que un tal grupo adopta para con su electorado.

Por razones obvias, mi pretensión única es destacar algunos de los aspectos (genéricos) que me resultan más significativos del programa de IU en Asturias.

«La democracia se fundamenta en un doble compromiso: el de los ciudadanos con los asuntos públicos y el de los poderes públicos con la ciudadanía. Este doble compromiso se debe basar en un reforzamiento de la participación, el control y la garantía de la crítica de la sociedad civil sobre las administraciones públicas.» (p.7 del programa de IU de Asturias). Esto incluye: reforma de la ley electoral, control de la fiscalidad y presión fiscal para las rentas más altas, fijar el gasto en Publicidad Institucional en el 0.1%, promoción de la participación ciudadana mediante el asociacionismo, etc.

«La base del Estado de Bienestar son los impuestos justos. Con ellos las Administraciones retiran a los más favorecidos una parte de la riqueza para sostener los servicios públicos esenciales, una parte de las prestaciones sociales y realizar inversiones. Es decir, sirven para que quien más tiene más aporte para sufragar la Sanidad, la Educación, nuestro Salario Social, lo que beneficia a una mayoría de la sociedad que no podría pagarlos en el mercado; y las infraestructuras, que contribuyen al desarrollo y generan empleo.» (p.19, introducción a la política de Fiscalidad del programa de IU de Asturias). Lo cual contempla: incrementar la presión fiscal de aquellos que coticen por encima de los 60.000 euros anuales, restablecer el Impuesto de Sucesiones, elevar los impuestos a los grandes almacenes, impulsar el impuesto sobre la vivienda desocupada, sobre solares sin edificar, sobre recalificación de terrenos… amén de toda una serie de impuestos en torno a una «fiscalidad verde» (p.20).

«La educación es un instrumento primordial para la emancipación personal y colectiva, y una herramienta indispensable de cohesión social. En el actual contexto económico, invertir en educación es invertir en luchar contra la crisis, asumiendo las cargas sociales derivadas de la mala situación de las familias y generando formación para enfrentarse al mercado de trabajo.
»La educación ha de convertirse en un medio fundamental para alcanzar el desarrollo integral de las potencialidades de todas las personas a lo largo de la vida. Y debe ser un elemento importante en los procesos de desarrollo económico, social y de equilibrio territorial.» (p.21 y se extiende hasta la 26)

Dejo aquí el enlace al programa, que está, creo, muy bien estructurado y el formato favorece su lectura.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Luego preguntarán por qué gana a la derecha

El trasvase de votos del PSOE al PP en las próximas elecciones parece una realidad cada vez más cercana. Leo en las llamadas "redes sociales" a numerosas personas que, afines al entorno socialista, publican numerosas informaciones que reman, sin demasiado margen de dudas, hacia la defensa del PSOE. Esto acostumbra a tener truco, y es que en las noticias que se cuelgan o "twitean" son alusivas al Partido Popular en una mayor medida que al Partido Socialista. Ello no deja de resultar curioso dado el último ejercicio gubernativo del PSOE, cuya derechización -creo- deja menor margen aún a las dudas.

Me ha pillado un tanto de sorpresa el discurso que repentinamente le ha dado por soltar al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, sacando vanagloriándose de su gestión en defensa del Estado del bienestar. Y es que resulta sorprendente que se acuse de "mentir como bellacos" a quienes hablan de recortes sociales cuando él no sólo los lamentó sino que no ocultó que lo eran cuando "se vio forzado" a acometerlos.

Pero el desmantelamiento, nuevamente, del Estado del bienestar por parte del PSOE, es insultantemente obvio y esto, lejos de ser una aseveración meramente discursiva, es en absoluto incontestable. Desde el propio Gobierno y el propio Partido Socialista han vendido todas sus medidas de emergencia como producto precisamente de eso, de las emergencias y las circunstancias. Cuando anunciaron los recortes con tanto pesar como mostró el presidente Zapatero ante las Cortes, no estaban en nada orgullosos de verse obligados a ello. No se entiende pues el por qué de tanta arrogancia actual. ¿Es acaso el lamentable afán electoralista el motivo último o por el contrario están verdaderamente orgullosos de su gestión?

Desde el Partido Socialista no se cesa en recordar a todos las "distintas políticas sociales emprendidas por su gobierno", como el pasado miércoles 3 de mayo hacía en un mitin en Santander, en donde además volvió a la verborrea en negativo. Para el PSOE, su mayor política social será la no-privatización de la sanidad que por parte del PP, según parece -y hay que dar fe visto lo visto por Madrid-, se pretende, proponiendo la imposición del Copago sanitario al sistema de la Seguridad Social.

Efectivamente, un año más, la mejor promesa del PSOE es que no harán realidad las políticas del PP. Se sigue que si éstos giran a la derecha, los primeros girarán irremediablemente con ellos. Esta derechización del sistema político que el Partido Socialista tanto ha contribuido a crear, ha arrastrado a unos socialdemócratas por en esas aguas discursivas propias de la derecha, pero en las que tan cómodos parecen nadar.

Pero más allá de todo esto, sobre estos cuatro años ha planeado la sombra de la crisis económica. Tanto que no sólo ha planeado, se ha ceñido sobre un determinado colectivo y una determinada clase social, los trabajadores. Los contextos y las coyunturas "especiales" sacan a menudo a relucir contradicciones. En virtud de ello, el PSOE no ha escatimado esfuerzos en eliminar cargas fiscales a las rentas altas al tiempo que tendía manos salvadoras a empresas privadas y a grandes -y no tan grandes- bancos, so pretexto de evitar su quiebra sin contemplar siquiera su estatalización. No es pues extraño oír a Emilio Botín confirmar lo que todos saben, pero que enunciado queda grosero: "Somos claramente ganadores en la reciente crisis económica". Muy al contrario, un partido dicho socialista ha privatizado parcialmente dos de las pocas empresas públicas que aún quedan y cuya rentabilidad resultaba difícilmente contestable (Aena y Loterías del Estado).

Pensaban los ideólogos del socialismo del siglo XIX, que mientras hubiera desigualdad estructural no podría haber libertad, dos de los ejes de la tríada revolucionaria francesa. Y sin ellas tampoco habría paz, habría lucha de clases. Si bien es cierto que el panorama actual parece extrañamente calmo, motivos no faltan para que estalle la guerra social. Convendría concienciarse de ello, pues si tal cosa llegara a ocurrir, la violencia estructural que contra los desesperados se ha ceñido en este tiempo hará entendibles los desmanes.

No estaría demás que dichos desamparados se cubrieran de un halo de legitimidad cambiando su voto hacia cualquiera que se haga eco de su situación, la haga suya y ofrezca políticas acordes a sus intereses objetivos. Que pueda ganar la derecha no es motivo para la abstención o elegir por el mal menor. La derecha ya está de facto gobernando.

jueves, 21 de abril de 2011

"Ser comunista"


A finales de los ochenta un dramaturgo de la Alemania Oriental escribió una obra titulada Los caballeros de la Tabla Redonda. ¿Qué futuro les espera? se pregunta Lancelot. «El pueblo ya no quiere saber nada del Grial ni de la Tabla Redonda ... Ya no cree en nuestra justicia ni en nuestro sueño ... Para el pueblo los caballeros de la Tabla Redonda son una pila de locos, de idiotas, de criminales.» ¿Acaso el propio Lancelot ya no cree en el Grial? «No lo sé —responde—. No puedo dar respuesta a esa pregunta. No puedo decir ni que sí ni que no...» No, probablemente nunca encuentren el Grial. ¿Pero no tiene razón el rey Arturo cuando dice que lo importante no es el Grial, sino su búsqueda? «Si abandonamos la búsqueda del Grial, nos abandonamos a nosotros mismos.» ¿Sólo a nosotros mismos? ¿Acaso la humanidad puede vivir sin los ideales de libertad y justicia, o sin aquellos que le dedican su vida? ¿O acaso incluso sin el recuerdo de los que así lo hicieron en el siglo xx? 

Eric J. Hobsbawm, "Ser comunista", en Años interesantes: una vida en el siglo xx, p.145.

lunes, 28 de marzo de 2011

Incluso sin injerencismo, ¿es legítimo apoyar la intervención en Libia?


La pregunta parte de una premisa que debe quedar clara: la intervención de la OTAN hace inherente la imposibilidad del presupuesto de partida. El socarronamente aludido altruismo de Occidente es en sí mismo imperialista, y como tal debe ser condenado. Pero el conflicto ha generado una confusión en la izquierda que le ha hecho extrañamente confundir internacionalismo con injerencismo. Por expresarlo en términos más prosaicos, ¿cuáles son los árboles que no dejan ver el bosque?

El primero que yo observo es el que apuntaba la «gran diferencia» con Irak: el casus belli humanitario. La idea de que la intervención se hace para evitar una matanza. La derecha pidió guerra en 2003 y pide guerra en 2011; a la izquierda (esta confusión) le produce una contradicción. Se sigue el paralelismo histórico —absurdo y sinsentido— de la guerra civil española como forma de coaccionar conciencias. Se sabe que la historia es un arma poderosa cuando se quiere defender lo indefendible. Pero decir que una tal guerra no es otra (y no lo es), no habría de ser aceptado dentro de la discusión. Y es que la carencia de legitimidad moral por parte de quienes durante décadas sustentaron al dictador y miraron hacia otro lado cuando reprimía a su pueblo con sensible mayor dureza que el supuesto detonante del conflicto, es absoluta. Y esto es demasiado como para consentir que sean ellos quienes hoy piden su cabeza.

Sorprende ver en muchos el «beneficio de la duda» concedido a la OTAN bajo la sola cosa de alegar motivos humanitarios. Las suspicacias hacia ésta no parten ya de la historia —remota y reciente— que el organismo atesora ni por quiénes están detrás de ella; ni tan siquiera por los intereses que éstos puedan tener realmente en Libia. Sino porque llevar pueblos a la guerra es un tema tan delicado, tan importante y grave, que ni siquiera un Parlamento habría de tener la atribución de poder hacerlo. ¿No es acaso una sustracción de la soberanía popular, de lo más esencial de la democracia, el lanzar campañas mediáticas, argumentos falaces, medias verdades y omisión de informaciones, a fin de convencer a la ciudadanía de que apoye una medida tan impopular como convencerla de lo justo de la justicia de las armas? Luchar contra el dirigismo informativo, sentirse aislado, casi loco por sostener una opinión contraria resulta demasiado pesado cuando todos parecen manejar la opuesta, dado que el reparto de la opinión —pese a lo que se contraponga— no es nunca ecuánime, porque lo que se está persiguiendo —y con ansias— es la aprobación por acción o apatía, de algo que requiere consenso. Nuevamente, la democracia muere un poco por inanición. Convencer de la justedad de enviar personas a la muerte, o de aceptar la muerte del Otro, ¿no es una forma deleznable de coacción? por lo demás, aceptar siquiera la muerte de ese Otro precisa de su previa deshumanización (lo que vamos a matar son partidarios de un loco, un sanguinario, libios errados en el mejor de los casos y mercenarios en el otro). Los «perros de la guerra» no merecen —a diferencia de los marines norteamericanos (p. e.)— ni el regalo de la vida, cualesquiera que sean sus condicionantes circunstanciales.

Una invasión es una invasión. Los motivos que se aleguen, cuales sean y la fuerza (aparente) que tengan, son rechazables por todo aquel que mantenga un poco de humanidad y, de ahí, por cualquiera que además no se deje atrapar por lógicas indefendibles pintadas de humanitarismo. Es lo que supo hacer la izquierda, no sin dificultades ni cismas, primero en Praga en 1968, pero más apropiadamente en 1979, con la invasión soviética de Afganistán so pretexto de «exportar el socialismo». Por llevarlo más allá, ¿le sirve la justificación del anticomunismo a un capitalista para defender la causa estadounidense en Vietman? Si nos sirve cualquier parámetro, si vale todo, la respuesta es obvia.

jueves, 24 de marzo de 2011

Próximo objetivo OTAN: el Estado de Israel


El Estado de Israel, por todos sabido que terrorista, ha vuelto a realizar una acción bélica contra objetivos civiles. Esto, que lleva sucediéndose desde hace muchas, muchísimas décadas, no sólo no trae la condena internacional sino ni tan siquiera la atención de las diplomacias.

Es igualmente sabido que Israel ocupa desde todo ese tiempo un territorio que no le pertenece,  que es el Estado DEL MUNDO que más resoluciones de la ONU incumple y que más condenas suscita. Es quizás el país del mundo que más reiterada y frecuentemente viola los DDHH, y uno de los pocos (desde luego no el único) que practica abiertamente una política de exterminio de la población ocupada, la cual viene privada de todo tipo de derechos fundamentales. Se decretan toques de queda en las zonas ocupadas, se anexionan terrenos ilegalmente, se expropia a sus legítimos propietarios, se les ocupan y contaminan sus acuíferos, se practican frecuentes razias de las que resultan detenciones arbitrarias con privación de libertad sin cargos ni juicio, cuando no muertos. Se derriban casas, se establecen zonas de delimitación de la libre circulación (con carreteras que, dependiendo del color de la matrícula según se sea árabe, israelí o extranjero con permiso, se permite o no circular). 

En el diciembre de 2009, una acción bélica del ejército israelí provocó casi 2.000 muertos y la indignación ante tamaña felonía se dejó oír en el mundo. Protestas y concentraciones populares se sucedieron sin que los gobiernos, si bien no indiferentes, no acompañaron con condenas explícitas y sin titubeos como cabría esperar de un hecho como aquél— dichas movilizaciones. Lejos de ser así, la UE y España concretamente, han estrechado anualmente sus lazos de unión con acuerdos armamentísticos (negocio que supone el 80% de toda la economía israelí) y de distinta índole comercial, como lo es la colaboración entre Universidades, que no ha dejado de aumentar.

La limpieza étnica que practica Israel no tiene el merecimiento y la consideración que cabría esperarse de los adalices que hoy sonríen, sacan pecho y se enorgullecen de la decisión con que han ido a poner fin a la tiranía en Libia. Los filisteos que condenaron y salieron a las calles a protestar contra la guerra de Irak han tomado en demasiados casos no una actitud de triste indiferencia, sino de indigno activismo apadrinando de fe la solución militar.

El caso del genocidio israelí sobre el palestino es con seguridad el más terrible que hoy haya en el mundo, no por intensidad (variable) sino por su constancia y duración. No conozco a nadie de los que pida el fin de la ocupación y la creación de un Estado palestino la intervención militar contra los israelíes. Lejos de esto, diría que no se le pasa a nadie por la cabeza. Porque la solución, desde luego, no pasa por hundir bajo la tormenta de fuego las vidas una población que, como la israelí, apoya abrumadoramente esa política de liquidación física del Otro palestino. No. La solución habría de pasar por sancionar moralmente, primero, esta política; apoyar al pueblo palestino, después, sin 'peros' ni exigencias, sin exigir condiciones con las que establecer el diálogo solo porque los interlocutores que ELLOS han elegido no nos gusten. Aceptando su cosmovisión sin imposición apriorística de unos parámetros moralistas que no son los suyos y que en casos comparados como los que aquí se exponen salen bastante dañados por relativos, ni tan siquiera por eurocéntricos. Y por supuesto por aplicar los mecanismos internacionales que los hay y pueden funcionar muy efectivamente si se quiere— propios como las sanciones político-diplomáticas y económicas de turno, al que viola la legalidad internacional y los DDHH.

Los que apoyan la guerra en Libia no han de compartir esta visión, desde luego no pueden, aunque cabe que se retracten. Porque se puede estar en desacuerdo y apoyar una intervención "de pacificación", como se denominaba hacía un par de décadas; esto podemos discutirlo.

LO QUE NO ES DISCUTIBLE es el paso de la "línea que no es cruzable", que decía Brecht. Si se está a favor de poner fin radical, incluso mediante la solución de fuerza, lo que habrían es de clamar por la organización coordinada de la comunidad internacional mediante el envío de Cascos Azules. Apoyar la intervención de la OTAN es no haber contemplado dicha posibilidad que, caso de preferirla, todos ellos habrían de pasar a condenar taxativamente la intervención de la coalición militar occidental.

Que la OTAN es una organización imperialista no puede ser discutido. Y no puede serlo porque incluso quienes celebran su entrada en acción lo hacen aludiendo que no van a poner "un pie en Libia", porque la operación es aérea y no terrestre. Que esta visión es de una ingenuidad propia de la factoría Disney, lo demuestra la historia de esta organización, la de quienes están tras de sí y la de su propia vocación idiosincrásica. Se olvidan o no quieren tener en cuenta además, que para expoliar el suelo libio no es necesario estar sobre él.

lunes, 21 de marzo de 2011

Los alienados de izquierda del "Sí a la guerra"


Pido disculpas a todo el que se sienta ofendido, pero he querido ser provocador, así que no me retracto y arguyo: la intervención militar por parte de la coalición (Occidental) de la OTAN es, por pura lógica evidente, una acción imperialista.

Por algún motivo, a los que apoyan la intervención desde los márgenes de la izquierda, esto no hace falta explicárselo, pues según he leído y hablado, lo comprenden y comparten. Y esto es realmente curioso en sí mismo. ¿Cuál es pues el razonamiento que se sigue para apoyar una intervención en Libia? Sin meterme en comparativas polémicas (no es por esconderme, la comparto), es el mismo argumento que empleó el Gobierno republicano de EEUU para sacar a Sadam Husein del poder. Si bien Sadam tenía unas formas bastante menos cargantes que Gadafi, la situación no me parece muy distinta.

Por algún otro extraño motivo, uno se siente obligado también a apuntar lo que le parece Gadafi. Para mí un impresentable, una cargante caricatura, un represor, un dictador, un lacayo de Occidente, un criminal. ¿Y qué? Si por algo esto me sorprende es porque no me parece un argumento en esta discusión. Lo habría sido quizás hace unos cuantos meses si a alguien se le hubiera ocurrido decir que habría de ser juzgado, pero era amigo de nuestra parte del mundo (para quien aquí no viva o de aquí sea, la parte que controla -o quiere- los recursos del mundo, así como lo que está bien y lo que está mal, que ahí es nada), así que no había problemas de ningún tipo y ya podía ser lo que fuese que estaba bien. Como esto es compartido por todos, el argumento-excusa de la guerra humanitaria está a priori echado a bajo. Además, lo que sea o me parezca no creo que pueda en ningún caso justificar -ni siquiera implícitamente como se ve en las argumentaciones de muchos- una intervención militar.

Este punto no es poco importante, pues el Derecho Internacional se sustenta en no poco sobre el mismo, pero contempla otras opciones aquí no aplicadas por lo particular del caso, por un lado, y por como funciona este mundo, por otro. ¿Por qué no le han aplicado sanciones de tipo económico-político, aislándole internacionalmente si tan criminal (no pongo en duda que lo es) resultaba? No repetiré lo que muchos ya saben y que además he dejado reflejado sucintamente más arriba. Por la misma, ¿por qué no son aplicadas sanciones de esta índole en todas las partes del mundo donde existen Gadafis, Mubaraks, dinastías saudíes, títeres de Occidente varios, criminales de guerra al frente de países o a título individual (¿alguien ha dicho Javier Solana, Tony Blair, J. Mª Aznar, G.W. Bush...?), etc.?

No sé si a alguien que está en estos momentos apoyando la intervención armada se le ocurriría pedir una intervención sobre Marruecos, que además de ser una dictadura para su pueblo ocupa sangrientamente desde hace ya varias décadas un territorio que no le pertenece, pero le reto a que se posicione ¿Alguno tiene tantos cojones? (Perdón por ser soez). Podemos hablar entonces de Bahrein, que ha hecho aparentemente y al mismo tiempo curiosamente lo mismo que Gadafi sobre su población, pero el caso no ha tenido mucho eco en los medios y, bueno, es un emirato tan pequeñito que tampoco importa mucho. Nadie pedirá no ya una intervención sobre éste, que además sería bien fácil de zanjar, sino ni tan siquiera sanciones de algún tipo.

Y se han oído hasta argumentos oportunistas sobre un potencial paralelismo entre la guerra civil española y el caso libio. En fin, quien lo quiera le responderé con inmenso placer (no quiero gastar más líneas de las necesarias), pero creo muy iluso pensar que una coalición imperialista como la OTAN intervenga en modo 'humanitarista'. Y de aquí otro punto de encuentro: según parece, se da por supuesto que si no hubiera interés energético en Libia no se intervendría. Curioso. Así pues, ¿por qué defender la operación armada?

Se entiende que es la necesaria para echar a Gadafi, por muy ilegítima que ésta sea, pero así es como viene justificada. Entonces, ¿será la OTAN la entente liberadora del pueblo libio? Yo, que soy un iluso, no creo en quienes 'regalan' la libertad, mucho menos en esta forma y fondo, a los pueblos. En Chile EEUU no hizo explícito su apoyo a los golpistas, pero además de prentender controlar los recursos chilenos, estoy convencido de que diseñó el golpe para liberar al país del comunismo, tal y como se encargó de anunciar por radio Augusto Pinochet. 

Si la táctica es cambiar un Gadafi para poner un Mubarak, que a los libios les ahorren la guerra. Ahora bien, puede haber (no lo dudo) quien crea que eso ya se verá, pero no dejaría por ello de tener gracia. Si quedamos en que la misión no es "humanitaria", la OTAN, esto es, Occidente, pedirá la parte que le pertenece, como ya ha hecho otras veces muy próximas en el tiempo a esta ocasión, casos de Afganistán e Iraq. En ambos por cierto que ya han habido elecciones, a cual más impoluta, y varias veces en las que el sufragio ha triunfado, pero parece que los recursos no se quedan en el país para el disfrute de la población. Estaría encantado de ver cómo alguien le explica a un afgano o a un iraquí las grandezas de ser al fin 'libre', como me encantaría que alguien contactase ahora con un libio para contarle el argumento. Y es doblemente triste, porque parecía que tras tan lamentables episodios de la historia reciente, en la izquierda se había llegado al consenso de que la democracia no se exporta, o que no hay guerras 'justas' e 'injustas', sino guerras.

No digo que esté necesariamente en lo cierto, pero podremos discutirlo; entre tanto sentencio: el que esté a favor de esta guerra es un alienado.

jueves, 10 de marzo de 2011

"Otra vez esos huelguistas jodiéndonos"

“Es un atentado a la industria turística, y otro secuestro del ciudadano en su derecho fundamental de la movilidad.” -Jesús Gatell, presidente de la Asociación Hotelera de Madrid-

¿Por qué los trabajadores de AENA convocan huelga en festivos, puentes y días de salida de vacaciones? ¿Por qué no hacen huelga un lunes de madrugada? O mejor aún: ¿por qué no limitan la huelga a un solo aeropuerto y en una fecha determinada? Por ejemplo, el aeropuerto de Huesca, en cualquier día de mayo o junio. ¿Cómo? ¿Qué el aeropuerto de Huesca no tiene vuelos en esas fechas, pues sólo opera en temporada de esquí? Pues mejor, así no molestan a nadie.

Hay cosas que uno cree obvias, de cultura general (de cultura trabajadora general), pero cada vez que hay una huelga importante hay que repetirlas. A saber: la huelga es un derecho fundamental, de ninguna manera equiparable al “derecho” a viajar en avión (el único derecho reconocido es “a circular por el territorio nacional”, cosa que se puede hacer en otros transportes si no hay avión).

Otro recordatorio: las huelgas buscan la mayor presión posible sobre la empresa, y en términos de aviación eso significa unas cuantas fechas calientes. En este caso además la huelga es contra la empresa AENA y contra el gobierno que la privatiza. Y visto lo pronto que han mostrado voluntad de negociar, la presión está dando resultado.

Pero una vez más se dispara el mismo resorte antihuelga y antisindical: otra vez nos hablan de secuestro de ciudadanos a manos de unos privilegiados (que no lo son ni por condiciones laborales ni por sueldo; su único ‘privilegio’ es la capacidad de hacer huelga que muchos otros han perdido); y de nuevo oímos llamamientos a una ley de huelga restrictiva. Y con el precedente de los controladores, habrá quien proponga un árbitro (ojo a la figura, que puede acabar con los últimos restos de lucha sindical), y no faltará quien pida otro estado de alerta.

Como llueve sobre mojado, parece fácil lograr el objetivo: que los ciudadanos (incluidos los que no viajan en avión) carguemos contra los trabajadores, en vez de cuestionar la privatización, y pasemos por alto la trayectoria de una empresa, AENA, que se gasta millones en un ruinoso aeropuerto para esquiadores.

lunes, 14 de febrero de 2011

La crisis del parlamentarismo


Creo que lo democrático sería que cada partido proponga en su programa electoral su modelo de reforma de pensiones y que los ciudadanos puedan debatir y votar en las próximas elecciones generales en función de ello. (Cayo Lara, Público, 14/02/2011)

Esto sin duda sería una medida muy democrática dada la naturaleza de las relaciones sociales, políticas, culturales y económicas que rigen nuestros sistemas representativos. No carece de importancia el apunte, pues con (cada vez menos) frecuencia se oyen sentencias que, de alguna manera, apelan a eso que se ha venido en llamar «el fin de la historia». La idea de que en el mundo, tras haberse librado la última batalla por la hegemonía, ha quedado (pre)configurado para ser monolítico según el modelo de Occidente, esto es, «democrático». La idea, desde luego enormemente etnocéntrica, no sólo no es inocente sino que viene cargada de ideología.

No es mi intención entrar tanto en las alternativas —que por descontado las hay y existen— como en centrarme en el modelo mismo. Supongamos que efectivamente el único sistema posible, no ya siquiera el más perfecto o el menos imperfecto, sino EL ÚNICO, fuese en efecto el democrático-capitalista (occidental). Incluso dando por supuesto que alternativas socioeconómicas como el socialismo fuesen intrínsecamente totalitarias (algo ridículo además de estúpido), ¿qué es lo que podría hacernos suponer que no hay otro horizonte aparte del que estamos viviendo y en el que apenas puede vislumbrarse como fin último un razonable «bienestar general»?

De entrada, en ‘nuestro’ horizonte ni siquiera cabe la promesa de un modesto bienestar total, mucho menos global, pues es aceptado por todos que tal cosa no es posible dentro del actual modelo. Ahora bien, no es menos aceptado que pueda existir ese «modesto bienestar total» en otro modelo, el socialista, que sin embargo se asocia a pauperismo y a cualquier forma incompatible con un gobierno mínimamente democrático. La Libertad viene pues entendida como la frontera impuesta por la economía. El individuo es libre de hacer, dentro de unas reglas dilatadas y flexibles, toda suerte de cosas que se le antojen, siendo su única frontera el dinero de que disponga. De alguna manera, las libertades individuales devienen monetizadas y pierden su carga política original. De ahí que no sean hoy consideradas como algo esencial al hombre. Viniendo malentendidas, son tomadas como añadido al sistema democrático y no parte indivisible del mismo. La democracia puede así entenderse como una competición entre diferentes opciones que, en función de los resultados obtenidos y de toda una serie de variables que no tienen porqué tener relación con lo bien o mal que se haya ‘gobernado’, se le puede sustituir por otras opciones, siendo normalmente elegida la de mayor probabilidad de victoria   —aquella que garantiza el ‘anhelado’ reemplazo—.

Normalmente, el intervalo temporal para que intervenga el pueblo se establece en los cuatro años. Antes puede —si así lo autoriza el Gobierno— movilizarse y manifestar su disconformidad a fin de ‘presionar’ sobre las decisiones que se tomen. Y así, pues, se fija una frontera fabulosa entre gobernantes y gobernados.

La propuesta de Cayo Lara de que sean los programas electorales los que marquen medidas tan trascendentes para la vida de toda la ciudadanía, va orientada, desde luego, hacia la honestidad y la transparencia de un sistema diseñado ex profeso opaco. La soberanía, no obstante, así viene escrito, emana «de abajo», del pueblo. Ello conduce a lo siguiente: ¿nos encontramos, pues, ante un régimen parlamentario que pueda decirse democrático? Lo primero resulta obvio que así es, lo segundo, se antoja más que dudoso. Pero entonces, ¿qué sería una democracia? En los últimos años los escépticos convencidos han reforzado sus posicionamientos; con los últimos acontecimientos, son muchos quienes ven tambalear los pilares sobre los que asentaban su convencimiento de vivir en un sistema plural y (con las normales fallas que se le suponían) representativo.

Una decisión como la que ha afectado a las pensiones o a la última reforma laboral, no habría sido nunca autorizada por el pueblo, al que se le ha tenido que convencer —y en gran parte se ha autoconvencido— de que medidas de este tipo si bien «no son del gusto de nadie» si lo son «necesarias». Los argumentos se rebuscan, se retuercen y se hacen omnipresentes, a fin de mostrar a todos el porqué de su urgencia, y, de este modo, se torna maleable la opinión pública. Todo este juego de manipulaciones y medidas impopulares encuentra agrado en quienes se hayan sobre lo divino y lo humano, aquellos cuya mayor concentración de capital les hace más libres entre los ‘libres’. Y así éstos, a la sazón quienes controlan los medios (directa o indirectamente), financian los grandes conglomerados políticos incidiendo, con éstas y otras maniobras, en las legislaciones vigentes con objeto de moldearlas a sus particulares intereses. Por definición pura, éstos se oponen a los así llamados «generales».

Un régimen político siquiera mínimamente permeable a la influencia de tales grupos (públicamente reconocidos como «de presión» o «lobbies») en la toma de decisiones gubernativas  habría de ser denominado, más bien, el «régimen de la minoría», es decir, «oligarquía».

Es de esta manera que capitalismo y democracia se vuelven conceptos efectivamente antitéticos. Un hombre no será más libre por poseer una mayor acumulación de capital, sino por no hallarse sujeto a las necesidades que se derivan de la falta de éste. Del mismo modo, dicha acumulación contrae necesariamente la acentuación de la desigualdad, el establecimiento de vínculos de dependencia (relaciones de explotación) con los que son sometidos y controlados los individuos.

Se sigue entonces que democracia y socialismo devienen conceptos simétricos, armoniosos. Sólo mediante la cancelación de las formas de explotación es posible imaginar un sistema de representación auténticamente «democrático», en el que los individuos sean efectivamente libres y en el que se hallen representadas todas las sensibilidades sin la potencial alienación intrínseca a las contradicciones entre los medios y las relaciones de producción del sistema de explotación capitalista.

Que la propuesta de Cayo Lara parezca utópica, casi satírica dado el nivel de «democracia» que se maneja hoy en nuestra sociedad, resulta un golpe de dura elocuencia. Pero en esta parte del mundo donde parece que no puede ocurrir nada porque ya ha pasado todo, quizás estén gestándose grandes procesos de cambio. O quizás no, pues no ha de obviarse que en la historia es más común la falta de acontecimientos que la cristalización de procesos, pero una cosa es segura, éstos siempre han ido acompañados de alteraciones en la percepción crítica de las sociedades: cómo entienden y perciben las relaciones que les envuelven y que padecen, así como su cuestionamiento de lo que es justo e injusto.