sábado, 21 de junio de 2008

Cambiar todo para que todo siga igual

Está teniendo lugar en Madrid un congreso extraordinario del PP, según se dice, para tratar de poner fin a una crisis en lo más hondo del partido.

Quisiera ser muy breve porque creo que no hay mucho que apuntar y es que se trata de un congreso en el cual no se están registrando —y tras el discurso de Aznar, cargado de contenido soterrado claramente, pero sin críticas mordaces muy evidentes— una palabra de objeción u oposición. Es decir, se ha montado un congreso que va a costar un millón de euros que como diría el otro donde se tiene pues se gasta, y resulta que es para legitimar a un candidato que por mucha vorágine montada tras el chasco electoral, la verdad es que no ha tenido oposición alguna y no se ha presentado un solo candidato a ocupar la presidencia del partido.

Se monta todo este paripé mediático para dar palabras bonitas y de apoyo a un candidato que parecía que era más que cuestionado —y no era para menos— pero que ni siquiera va a tener que pasar por el trámite de ser elegido democráticamente, ya que nunca ha tenido que competir contra nadie a la presidencia de un partido a la que fue designado a dedo por el que fuera entonces presidente del gobierno Jose Mª Aznar.

Luego salen por supuesto delegados diciendo que lo que ha de primar es la democracia interna, cosa que parece ser nunca ha estado muy presente dentro de este partido y todos, absolutamente todos —incluyendo a la extrema derecha que finalmente no ha propuesto candidato alguno— se han conjurado para ganar las próximas elecciones generales al grito del “somos de centro”.

La única duda que me puede quedar es si se han efectivamente conjurado todos para ganar las próximas elecciones aceptando el giro hacia el moderantismo, al menos en lo formal, o resulta que simplemente esta extrema derecha representada en estos momentos, además de por supuesto por Aznar, por Esperanza Aguirre ha forzado montar todo esto para tratar de ya no desestabilizar a Rajoy sino para dar un aviso en el partido, una llamada de atención que vendría a decir “seguimos aquí, tenlo en cuenta” y en medio de toda esta estrategia haya sido María San Gil la pieza sacrificada.

Sea como fuere, esto ha demostrado a la cúpula dirigente hasta dónde llegan sus fuerzas y desde luego, aunque éstas aún se quedan cortas, lo que ha probado a la aparente mayoría moderada, es que no pueden no contar con el sector extremista que se ha demostrado, pese a minoritario, enormemente numeroso e influyente.

Como reza la célebre frase —cuyo autor confieso desconocer—, hay veces que hay que cambiarlo todo para que todo siga igual.

miércoles, 18 de junio de 2008

EUROPA, EUROPA

En los últimos días, se ha vuelto a someter a referéndum lo que se vino a mal llamar Constitución europea hace ya unos cuatro años y que ahora se denomina Pacto de Lisboa y, apenas unos días antes, una comisión europea aprobaba la semana de las 65 horas semanales.

Europa se nos presenta, y así ha sido desde que a España volvió la democracia, como la panacea de las aspiraciones políticas nacionales y casi internacionales. Europa ha pasado a ser principio y fin de todas las cosas y el medio por el cual son asumidas irreversible e irremediablemente tantas políticas comunitarias que no pueden siquiera ser debatidas por “vienen de Europa”, como si ésta fuera un ente del cual emanasen razón, orden y justicia.

Para empezar, habría que preguntarse quién convocó Cortes para redactar un proyecto que primero se vino a llamar “Constitución” y que en el texto figuraban los jefes de Estado de los diferentes Estados Miembro de la Unión entre los cuales figuraban, claro está, los monarcas de las principales monarquías europeas. Y ahora sigue sin saberse quién ha escrito este nuevo Pacto de Lisboa o, mejor, quién lo ha modificado porque el texto actual es una pobre variación sin apenas cambios del primero que fue, recordemos, rechazado. Ahora para evitar dejar nada a la casualidad han decidido “lógicamente” —en palabras del locutor del la Cadena SER del programa Hoy por hoy— aprobarlo a través de los diferentes parlamentos europeos.

El primer escollo ha sido Irlanda, que por Ley está obligado a ratificar este tipo de cosas por medio de Referéndum… y ha salido que no. La pataleta montada por los contertulios de Hoy por hoy fue monumental, como se podía prever fácilmente al calor de los programas inmediatamente anteriores a la dichosa consulta, que ha sido la única en toda Europa.

Para el que dude del reaccionario contenido del Pacto, lo cual sería un largo debate, en las últimas semanas se nos han anticipado un par de perlas en forma de propuestas elaboradas por comisiones como la de aumentar —como cifra tope eso sí— la semana laboral a las 65 horas… creo que sobran los comentarios al respecto. ¿Dónde quedará entonces la vieja demanda de la semana de las 35 horas de los partidos y sindicatos de izquierda? Bien es cierto que el PSOE perdió o se desligó hace mucho de esta demanda, pero parece que el gobierno Zapatero poco quiere aparentar ya. No sé si este hecho dejará desconcertados a más de un votante de izquierdas del PSOE —lo sea más o menos—, pero a la vista está el giro a la derecha, que es ya un volantazo en toda regla, que está protagonizando.

El cambio de ministros que como denunciaban partidos como IU lo que suponían era un giro al conservadurismo y puede que la presidencia del parlamento sea el ejemplo más claro, con impresentable José Bono que llamó la atención de una serie de expresos políticos —por supuesto todos ellos, o en su inmensa mayoría, vinculados al Partido Comunista— que habían sido invitados a la sesión parlamentaria en lo que se suponía era un reconocimiento y una especie de homenaje a la tan silenciada gubernamentalmente, labor que todos ellos tuvieron en la lucha contra el franquismo y por el advenimiento de la democracia en España.

La reforma de la Ley de Inmigración debiera ser también un ejemplo del giro al conservadurismo. Una vicepresidenta que denuncia en tono de mofa una ley del gobierno Berlusconi sobre la inmigración que vendría a criminalizar al inmigrante ilegal y por cuyas declaraciones tuvo que pedir disculpas, pero que luego sale un ministro diciendo que este desencuentro había sido un malentendido puesto que la reforma que pensaba promover el ejecutivo español apenas difería de la del italiano.

Hay quien dirá que claro que diferían y hasta dirá que sensiblemente. Como esto no es así, creo que podrá ilustrarse con la reforma de la Ley de Inmigración que el Parlamento europeo ha sacado recientemente —y que ha contado con el apoyo de los socialistas españoles que han votado junto con liberales, ultra nacionalistas (o sea, extrema derecha) y resto de conservadores— y que, entre otras cosas, permitiría detener y aislar a un inmigrante ilegal hasta un total de 18 meses sin asistencia judicial si no se van antes de siete días por cuenta propia, lo cual supone poco menos que una broma de mal gusto.

La verdad que si esto no es incriminar a alguien no sé que puede ser, porque darle a alguien que persigue con tanta necesidad el salir de su país que hasta asume las grandes probabilidades que tiene de perder la vida en el intento, trato de poco menos que terrorista pues no sé ya qué puede ser. En esta Ley sobre la Inmigración europea se han basado los gobiernos de España e Italia, aunque luego a todos nos parezca —italianos los primeros— que tenemos un presidente que es la vanguardia progresista de Europa e Italia tenga en su ser la “vanguardia” conservadurista. Honroso PSOE progresista este.

La violación por parte ahora del aparato institucional secuestrado —si se quiere— por los designios del capital financiero mundial y europeo es flagrante, los Estados y sus gobiernos guardan silencio y con ello otorgan, los sindicatos o no tienen respuesta o reaccionan torpemente y la población parece estar satisfecha porque lo único que le incomoda de la huelga de los transportistas es quedarse sin leche en el súper más próximo porque esto violenta su derecho a poder consumir libremente leche.

Lamentablemente cada día importa menos las personas y la política de lo social, incluso a las personas que se supone habrían de disfrutar de ello, produciéndose un cambio de prioridades que viene ya de varias décadas atrás pero que ahora ha cristalizado violentamente y que viene a superponer el crecimiento del capital financiero y mundial en términos del PIB sin desglosar a todo lo demás, porque todo debe estar orientado y dirigido, como si de una economía de guerra se tratase, a este sacro objetivo.

Lo que se vislumbraba y vendía a todos nosotros como la “naciente” y revitalizada Europa creo que está más vieja y desgastada que nunca.

sábado, 7 de junio de 2008

De hipocresías y desarrollo sostenible


Siguiendo un poco con el Medio Ambiente —con el cual todos nos hemos comprometido fervientemente— voy a tratar de ir más allá del tema y, en lugar de hablar simplemente de ecologismo, hablar un poco de desarrollo y eso que se viene a denominar desarrollo sostenible.

Todos estamos muy concienciados con salvar el Planeta, de eso no cabe ninguna duda, pero hablar sin más de medioambiente creo que puede ser —además de limitado— peligroso por prestarse profundamente al maniqueo. Nuestros gobiernos recuerdan diariamente —desde hace poco más de dos años si es que llega— que el Planeta no da para tanto y que hay que buscar y encontrar soluciones al problema. Éstas pasan por impulsar políticas medioambientales, no hay más secretos.

Ocurre que hablar de medioambiente sin hablar de modificar la economía puede ser un error de bulto o, quizás y pensando un poco mal, hasta manipulador e hipócrita.

Tendré que explicarme; me he encontrado con un artículo en el diario Público de Carlos Fernández Liria, profesor de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid, quien comenta un informe sobre desarrollo sostenible elaborado por Global Footprint Network, el cual revela datos como siempre que se habla y evalúa este tema, alarmantes y reveladores al mismo tiempo.

El informe ofrece un seguimiento de 93 países distintos desde 1975 a 2003, estableciendo una gráfica en la cual, según el nivel de consumo energético de cada país evaluado, lo sitúa en términos consumo y desarrollo sostenible. El gráfico se ofrece en términos comparativos, de forma que marca según la línea horizontal del gráfico el consumo de Planetas Tierra que de media se consumirían si el desarrollo de los distintos países fuese universalmente homogéneo.

El gráfico ofrece un espacio coloreado más o menos amplio que vendría a indicar los índices deseables de desarrollo que debieran registrarse para que ese desarrollo fuera sostenible. Ocurre que, muy desgraciadamente, sólo hay un país que figure dentro del recuadro. El sentido común dice, o debiera decir, que todos los Estados del mundo debieran tener un desarrollo dentro del recuadro coloreado.

España, huelga decir, no es el ilustre país del recuadro pese a tener todo el déficit energético que diariamente se nos dice que tiene, y esto me lleva una vez más a denunciar la tan molesta hipocresía que muestran gobiernos como el nuestro respecto a muchos temas, está claro, pero en este caso y muy especialmente al del ecologismo.

La hipocresía y falsedad del llamado desarrollo sostenible tiene la clave en un punto que lo hace no ser: el capitalismo. Cómo, ningún Estado capitalista del mundo, puede siquiera insinuar que ofrecerá batalla por la sagrada defensa del planeta si no puede pensar en poner freno alguno a las políticas de consumo ni a los que más contaminan, esto es, las multinacionales. Ahora bien, ¿cuál es la clave que desde el Estado neoliberal se oferta? El concienciar a las empresas a reducir sus niveles de contaminación e incentivarlas a adoptar políticas destinadas a cuidar y salvaguardar el medioambiente.

Esto choca frontal y dramáticamente con el sentido común. ¿Cómo un empresa cuya más íntima naturaleza es el lograr y sobrepasar siempre y cada vez más sus niveles últimos de beneficio? Es tal el disparate y es de tan mal gusto como decir —que ya se dijo y se sigue diciendo, aunque con la boca cada vez más pequeña ojos vista la realidad histórica palpable— que es a través de las empresas que puede mejorarse el bienestar social máximo. Cómo pueden empresas como Repsol o Endesa hacer anuncios en los cuales lo único que anuncian es su compromiso con el planeta; ¡una petrolera y una eléctrica! Dos de las empresas que, per se, más contaminan.

La hipocresía, en pos de salvar la cara ante la opinión pública —a lo cual se prestan gustosos los mas media—, ha llegado a límites que sobrepasan el sentido común mínimo aceptable. Sucede que a las empresas automovilísticas el Parlamento Europeo les prohibió explícitamente emplear como política de marketing la designación “ecológico” para sus vehículos por la sencilla razón de que contaminaban menos, pero contaminaban. Eso sí, entre una cosa y la otra, ahora los coches son “eco” pero todos completamos en nuestra cabeza, cada vez que vemos un anuncio, el eslogan con un instintivo “lógico”. Esto es idéntico a cuando a los zumos Bio-Solán se les prohibió poner “bio” porque no cumplían los requisitos para ello; lo cambiaron y ahora son simplemente Bi-Solán, que no significa nada, pero todos seguimos pidiendo biosolanes en las cafeterías, sino fijaros en lo que pone el cartón.

Cualquier podrá comprender, por lo tanto, que las políticas destinadas a cuidar y salvaguardar el medioambiente han de ser precisamente eso, políticas. Las multinacionales se están dedicando al burdo y ofensivo merchandising aprovechando el trasfondo del problema y la preocupación, por cierto muy tardía, del ecologismo. Para colmo de males y por si fuera poco todavía, nadie pone freno, lo prohíbe, lo denuncia o simplemente les marca los límites a las multinacionales; encima habrá que aplaudirles.

Ah, por cierto, para el que no se haya fijado, el único dichoso país del recuadro es Cuba.

El artículo lo explica mejor que yo: ¿Quién cabe en el mundo?

miércoles, 4 de junio de 2008

5 de junio. Día Internacional del Medio Ambiente


5 de junio, Día Internacional del Medio Ambiente y qué mejor forma de celebrarlo y concienciar a la gente haciendo una pequeña recopilación de los spot publicitarios de las empresas más concienciadas con la lucha contra el Calentamiento Global, el Cambio Climático, el Desarrollo Sostenible y, en fin, la salvaguarda de nuestro amado planeta.

La verdad que me tengo que confesar escéptico y, hasta cierto punto, malpensado, porque hasta que pude ver con mis ojos estas campañas publicitarias estaba convencido que las grandes empresas y multinacionales como Repsol, Endesa, Iberdrola… en fin, no sé, cualquier empresa de la industria química, petrolera, del automóvil o energética, contaminaban sin cesar y se despreocupaban alarmantemente por el Medio Ambiente sin que los gobiernos de casi ningún país pusieran frenos ni trabas a ello o, incluso, lo secundaran con políticas como, por ejemplo, no firmar el más que limitado Tratado de Kyoto o, simplemente, no cumplirlo como hace España y la UE al completo.

Pido, por tanto, perdón públicamente porque hoy, y gracias a la publicidad, veo que no es así.

Aquí dejo una relación de los spot de las multinacionales más concienciadas con la lucha contra el Cambio Climático:


ENDESA

IBERDROLA

RENAULT
(este es de antes de que les prohibiesen llamar ecológicos a los coches)


RENAULT
(aquí ya no llaman al coche ecológico, sino “eco2”, por aquello del CO2…)


GAS NATURAL

Nota: el de ENDESA es particularmente ofensivo. Por si alguien quiere hacer selección...