viernes, 27 de marzo de 2009

Saura debe dimitir

Debo reconocer, antes de nada, que tenía mis resistencias y reticencias al respecto, pero tras haber leído la siempre muy documentada opinión de Lucien de Peiro aquí, también creo que Saura debiera dimitir. No quiero extenderme pero trataré de dar una opinión lo más cimentada posible.

Para empezar, tenía mis dudas tras la carga policial de aquella noche del miércoles de la pasada semana, en la que yo también me manifesté contra el proceso de Bologna, por la apertura del debate público en torno al mismo y en franca condena y protesta por el desalojo policial del Rectorado de la UB situado en el centro de la ciudad. Desde luego, viví muy de cerca la dichosa carga policial, pero esperaba que la responsabilidad de la misma no hubiera sido debida tanto a la mano del máximo responsable (Saura) como del directamente responsable de los mossos d'esquadra.

El gran problema es que la lentitud con la que se han depurado las responsabilidades (de las que se ha anunciado extra oficialmente la destitución del jefe del cuerpo de los mossos pero que aún no se ha llevado a término) lo que me incita a pensar, como a la mayoría, creo, de la gente, es que tal medida se ha tomado para salvar la cara del máximo responsable, ahora sí, Joan Saura. De haberse depurado con prontitud tales responsabilidades me hubiera hecho creer que las cosas se hacían con la diligencia y responsabilidad debidas, pero por cómo se han desarrollado los acontecimientos (léase la gran protesta ciudadana), que no han podido disimularse ni ser detenidos, me obliga a pensar que no, que de lo que se trata ahora es de buscar la "cabeza de turco" de turno.

Esto, y lo que anunciaba al inicio, me han hecho considerar lo contrario y denunciar desde aquí, con bastante disgusto todo hay que decirlo, que Joan Saura, en su calidad de Conseller d'Interior de la Generalitat de Catalunya, debiera dimitir.

A mi partido, IU, no lo oculto, le está sucediendo algo que lamento profundamente, y es que cosas como esta están haciendo perder la credibilidad que ya de por sí nos cuesta trabajo tener. La sensación general es que nos estamos "aferrando al sillón" y yo, aunque no lo vea así (o me obstine en pensar que no es así, no sé si ya no alcanzo a distinguir o pienso demasiado bien en los míos) considero que en lo que respecta a Izquierda Unida (o ICV, es igual), esta sensación no puede existir, por la sencilla razón de que si algo se nos reclama, hasta (o sobre todo) nuestros detractores o aquellos que nunca nos han votado pero que lo han pensado, es la decencia política. Me produce un gran sentimiento de frustración y de rabia el que a nosotros se nos exija más "decencia política" que al resto, esto no se entiende desde ningún punto de vista, pero como creo que otros demuestran diariamente no tener ningún tipo de escrúpulo moral ni político, nosotros no podemos consentir, si pretendemos criticar esta realidad y tener la credibilidad para hacerlo, caer en situaciones similares de indecencia política como la que se ha producido.

Pues bien, en el diario de sesión de las Cortes Generales de 1999 que muy amablemente daba Lucien, a la altura de la página 5, hacia la mitad de la columna de la derecha, puede leerse transcrita la intervención de Joan Saura (entonces diputado) en la que muy razonablemente pedía la destitución del Ministro de Interior por unos hechos similares a los producidos la pasada semana pero que vienen de antiguo.

1 comentario:

JOSE GONZÁLEZ DÍAZ dijo...

Completamente en sintonía con lo que dices. Es vergonzoso y no es asumible para un proyecto como el nuestro. De todos modos Saura uso la vieja táctica política del verbo dimitir, sólo en tercera persona. En fin: Saura dimisión!